Ese fin de semana, Óscar, Jesús, Bea, Rosa y yo salimos a encontrarnos con Jaime y Obo en el Valle Yosemite, uno de los sitios donde hay que ir si tienes la oportunidad de vivir en la parte norte de California, como nosotros.
De Yosemite se puede leer en muchos sitios, pero resumiendo, es un parque nacional situado al noroeste de California, en Sierra Nevada, y se encuentran algunas de las formaciones de granito maá grandes del mundo, como se puede observar nada más pasar el tunel que da acceso al Valle Yosemite, la parte más visitada por el turismo. Es impresionante pensar que pasear por ese valle hace millones de años hubiese implicado tener que cavar hielo, al tratarse de una zona glaciar.
La cosa es que el viernes cogimos el coche para llegar al ranchito que habíamos alquilado pasada la hora de comer. El Homestead, a las afueras de Oakhurst, tenía muy buena pinta cuando lo vimos por internet, y, ademas, era una de las pocas opciones de nos quedaban, pues no quedaba ninguna plaza libre dentro del parque.El viaje empezó bien, hasta que nos dimos cuenta de que es mejor seguir las indicaciones que tanto el rancho como Google te dicen... la noche anterior, Jesús y yo decidimos que "era mucho más rápido" ir por unas carreteras que, según parecía, estaban perfectamente señalizadas... así que eso es lo que hicimos... hasta que vimos que eran caminos de tierra, y terminamos en el "Rancho Raynor", donde no nos hubiera extrañado lo más mínimo el habernos topado con algún vaquero con rifle apuntándonos. Así que tuvimos que dar la vuelta e ir por el camino estandar... Pero bueno, a Óscar le encantó el "paseo" ;)
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Mientras tanto, Obo y Jaime habían llegado el jueves por la noche para subir el "Half Dome" por la mañana, un monstruo de granito, y uno de los desafíos de un día o dos que tiene Yosemite para el turista aventurero.
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No puedo hablar por ellos, pero las imágenes sí...
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Nosotros, tras llegar al rancho, que como véis mola bastante...
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... nos fuímos a Oakhurst a comer y a hacer compra. Oakhurst, a 12 millas de la entrada sur de Yosemite, es un pueblito típico con sus casas de madera, que vive de tener alojamiento, restaurantes y supermercados disponibles para los que, como nosotros, no llegan a encontrar sitio dentro del parque. Además, permite un acceso sencillo a otras zonas adyacentes también interesantes, como el lago Bass.====================================================
Tras ello, nos fuímos a Mariposa, un pueblo de lo mas típicamente americano. Parecía que volvíamos al viejo oeste con sus salones, su sheriff montado a caballo, y el concierto de country (bueno, era blues, pero no me quitéis el momento añoranza :) ).
En ese momento tuvimos el primer contacto con los dos aventureros, que habían llegado al rancho. Yo lo había reservado para 6 personas, aunque eramos 7, pues veía que si no, nos quedabamos sin opciones "con cama" (siempre se podía dormir al raso!!!). Menos mal que Jaime reaccionó rapido y los dueños de los ranchos eran gente muy maja, así que todo terminó perfectamente y sin tensión. Cuando llegamos nosotros, todo estaba solucionado, aunque aún así preferí hablar con el dueño para que no hubiese duda. No lo dudeis, si pasáis por Yosemite, el Homestead es un buen sitio para pasar la noche!!!
Pero bueno, lo importante es que ya volvíamos a estar los siete juntos, cada grupo compartiendo sus aventuras. Al día siguiente, a conocer Yosemite!!!
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