Wednesday, August 29, 2007

Algo de rafting para soltar un poquillo de adrenalina…

Semana del 6 de Agosto

Después del descanso que os hemos dado, porque sabíamos que había muchas ausencias vacacionales… ;-) seguimos contándoos nuestras aventuras.

Después de que se fuera todo el mundo y de mi último seminario el primer finde de agosto (menudo retraso :-O), parecía que la normalidad volvería al hogar de los Hidalgo-García, pero no; nos preparábamos para la siguiente visita: los papis de Justo.

Pero mientras, para sobrellevar la nostalgia de los que se fueron y de los que no vinieron, y en ausencia de la cortina de plástico que queríamos usar, como Jaime en su casa, para poner todas las fotos de la gente que nos habíamos traído de España y que sacamos aquí, las pegamos todas a modo de mural directamente en la pared:


Y el fin de semana anterior a la llegada de los papis de Justo, nos fuimos a dar un chapuzón!!!!



Sábado 11
Por la mañana nos fuimos tranquilamente a Buck’s (de nuevo) (no sé si lo recordaréis, aquel sitio hortera con mogollón de cosas colgadas) para tener otro “ligero” “brunch” (desayuno-comida americano).

(por la cara de Justo no tenía intención de compartir nada con nadie ;-))

Después, cogimos carretera hacia el norte, más allá de San Francisco (¡¡sobrepasábamos nuestros límites!!), en dirección Sacramento y más, dirección al Lago Tahoe (tan cerquita y no lo vimos :-(, no era el momento…) Íbamos a pasar el fin de semana a casa de Phil (el amigo de Justo de Maryland) y Adeline (su mujer), a media hora de Sacramento. Pensabamos que aprovecharíamos para ver la ciudad, pero por lo visto tenía poco para ver, así que nos quedamos por los alrededores de su zona.




Su urbanización era igualita, igualita a Wisteria Lane, (para quien no sepan de lo qué hablo, que vean algún episodio de “Mujeres Desesperadas”).




y por allí cenamos en el restaurante BJ.

El restaurante eran un tipo Hollywood o Tony Roma’s, por tanto, muuuuucha comida… ¡Qué pedazo platos ponen por aquí! Con razón aquí existe lo que llaman “bags” –bolsas-, antiguamente las llamaban “Doggy bags” –la bolsa del perro-, pero el nombre era un poquito feo y lo acortaron, pero básicamente es la “tarterita con las sobras de tu plato”. El concepto escandalizaría a más de uno en España, pero la verdad es que la idea es bastante buena porque para tirarlo, si te ha gustado, ya tienes comida para otro día. Pero ya podían limitarse a poner menos comida sencillamente.

Después de la copiosa cena, Phil desempolvó las antiguas cintas donde grabó sus experiencias en Maryland. Era curioso ver a Justo tan jovencito. Durante años siempre hemos pensado que Justo no había cambiado mucho, pero que va!! Ese jovenzuelo con acné ya no es el que era… :-) Disfruté recordando viejas expresiones en la cara de Justo que ya no tiene, expresiones más infantiles quizás, pero que me gustaban. Es una pena que cosas así se pierdan con los años :-(

Domingo 12
Al día siguiente, nos levantamos tempranito y tras el exquisito desayuno que nos preparó Adeline (tostadas rebozadas en huevo y con sirope), Phil, Justo y yo emprendimos camino hacia el lugar de donde partía la aventura del rafting (os recuerdo que Adeline, está embarazada de 5 meses y por eso no se apuntó). Primero teníamos que llegar a la zona en un pequeño autobús y una vez allí y tras la clase explicativa de rigor sobre cómo remar, cómo obedecerle, cómo subir a la barca si te caes, etc, lo de siempre, nos metimos en el agua. El río era el American River, famoso porque fue donde empezó la fiebre del oro.




















A la espera de las fotos de la cámara de acuática que Phil se compró para el evento, os adelantamos unas fotos que son muy similares a las originales.



La verdad es que me lo esperaba más arriesgado, y prácticamente fue un paseo en una barca hinchable con 3 ó 4 chapuzones, ¡FRÍOS!, eso sí, porque el agüita estaba... congelada!!!!!
Lo que hicimos fue un nivel 3, pero por lo visto hay hasta 6 niveles, así que podéis imaginaros cómo fue. Realmente nuestro monitor australiano Tom, iba dirigiendo la barca él solito, él nos decía cuando teníamos que remar, cuándo teníamos que parar y cuando teníamos que irnos al centro de la barca para no volcar,… pero na’ de na’! ¡¡¡Peligro y esfuerzo nulo!!! Ni siquera llevabamos casco…
Al menos los paisajes eran muy chulos y nos lo pasamos muy bien.

Y después del “esfuerzo”, barbacoa al aire libre por cuenta de la empresa Whitewater Connection. Después, regresamos a casa de Phil, y mientras esperábamos a Adeline para despedirnos de ella, que se había ido de compras, terminamos de ver los videos de Maryland.

Justo: aparte de flipar con el cambio físico (durante mucho tiempo siempre me han dicho que he cambiado poco... pero es una falacia como una casa!), y maravillarme de lo bien que tengo la cara después de tantos granos, la verdad es que sigue siendo muy chulo que tras 11 años, siga manteniendo el contacto con tanta gente: Phil, Yi, Shiho, Martin, Alan... y que nos permite conocer a gente nueva e igualmente interesante: Adeline, Caroline, Elvira y Morris, Alyssa, Kerrie, ...

Antes de volver a casa, paramos en la ciudad de Folsom, cerca de donde ellos viven. La noche anterior, después de cenar, nos llevaron en coche a verlo y como nos gustó el estilo del oeste de la ciudad, quisimos verlo a la luz de día. Así acabo este fin de semana.

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