Pues sí, las semanas también pasan bastante rápidamente por aquí, por lo que, de nuevo, nos encontramos en el fin de semana. El viernes no me cundió casi nada en el trabajo, no por “vagancia”, sino porque tuve que estar de apoyo para un proyecto que se estaba complicando. Desgraciadamente tuve que llamar a Alberto y Manuel, compañeros míos en Coruña, para que nos ayudasen (aunque al final encontramos el problema desde aquí)… teniendo en cuenta lo de la Semana Santa, pues me fastidió bastante tener que hacerlo. Lo de la diferencia de 9 horas, las fiestas, … afecta bastante al funcionamiento “sin roces” de una empresa, pero se va haciendo lo que buenamente se puede.
Ben nos vino a recoger a Rocío, Rosa y a mí para irnos de compras. (Rosa: Pero no de las que molan, sino de comida, eh!!). Esta vez no fuimos a Safeway, sino al Trader Joe’s, en una zona cercana a donde ellos viven (en San Antonio Road). Es más pequeño, con menos variedad, aunque parece que más barato y, en mi opinión, más “chulo” que Safeway (Rosa: Pues a mí no me gustó!!!! Sería más barato, pero le faltaban alimentos esenciales como tomates, patatas... que luego me toca ir a comprar a “Mi Rancho”... aunque Justo no comparta mi opinión, de aspecto el Trader Joe’s me recorda a un Día y el Safeway me recuerda a un Champion de antes o un Carrefour Express de ahora ). También nos acercamos al Walmart y al Target (tiendas al estilo Makro, o un Corte Inglés cutre: encuentras de todo a un precio razonable) a buscar bicis; las vimos, pero no nos la llevamos porque no había cómo transportarlas (y no era cuestión de empezar a montar así, sin preparación previa :) ). Después, aunque Rocío estaba un poco constipada, nos invitaron a cenar en su casa, así que pedimos una pizza, nosotros compramos una tarta “New York” (Jesús, están muy buenas, para que vayáis tomando nota :) ), y pasamos un buen rato, como siempre. Ben nos estuvo contando sus historias del servicio social (13 meses obligatorios en Alemania, antes de empezar la universidad).
Y ahora me toca a mí (Rosa).
El sábado desayunamos tranquilamente en casa y después cogimos caminito hacia la oficina de Justo para poder hablar con los papis. Además, queríamos mirar cosillas en internet. Como todas las semanas, se cumple que la amable persona que me permite tener conexión gratuita durante la semana, se desconecta el martes o como mucho el miércoles y se me acaba el chollo :(, ya no puedo hablar con casita, ni puedo trabajar, buscando información, ni puedo buscar cosas que nos interese de la zona (bicis, casas, supermercados,...). Después de un pequeño bajonazo que me dio el viernes y de la resaca del mismo el sábado por la mañana, llegamos a Denodo y nos pusimos a buscar sitios donde pudiera asistir a clases de inglés. Si ya de por sí irte de tu país a otro que no conoces, con todo diferente, con un modo diferente de vida respecto al que tenías (y el mío me gustaba) y sobre todo, sin la gente que quieres, le sumas el hecho de que en el nuevo sitio no puedes comunicarte con la gente como querrías, se hace todavía más duro. El día entero es un puro aprendizaje, una pura adaptación. Te requiere un esfuerzo de un 150 ó 200%. Y aunque por ahora no me muevo mucho (aunque he empezado a hacer una tabla de gimnasia por mi cuenta en el apartamento ¡para entrar en calor por la mañana cuando me levanto ;-)!), estoy prácticamente todo el día sentada estudiando y mis paseos en él no son muy largos, todo está muy a la mano, llego todos los días cansada a la cama y afortunadamente caigo en segundos. Supongo que está relacionado con el esfuerzo que me supone el idioma.
Bueno pues eso, después de que Justo me subiera un poquillo la moral y llegáramos a Denodo, buscamos cursos de inglés, pero no encontramos ninguno intensivo como el que nos contó Ben que asistió cuando él llegó a España sin tener conocimiento de NADA de español. Eran 5 días a la semana 5 horas al día. En 3 meses más o menos se podía defender. La verdad es que me sentía mal sintiendome así, y más “quejándome” a él, ya que él seguro lo pasó mucho peor cuando llegó a España, ya que durante un tiempo la única persona con la que podía hablar era Rocío que se comunicaban en inglés. Al menos yo aquí además de Justo, les tengo a ellos y a la familia del jefe de Justo. Pero como siempre, tu problema es tu problema y ahora lo estoy viviendo yo. Pero le admiro, porque tiene una facilidad para los idiomas increible, alemán (su idioma), inglés y español, jo, y además un inglés con muy buena pronunciación (yo no le pillo!! :)) y un español, que ya me gustaría estár en su nivel en mi inglés...
En internet encontramos que había unos cursos de inglés 2 días por semana/ 3 horas a la semana en unos de los centros educativos de Palo Alto. Para ello, cada lunes a las 9 de la mañana hacen unas pruebas de nivel a quienes quieran apuntarse, y ellos ya determinan en qué nivel empiezas. Para este Lunes me parecía un poco precipitado, me asustaba ir sola, pero Justo tiene bastante liado el siguiente fin de semana y no podremos acercarnos a preguntar, así que con toda la valentía que pueda y con esta lengua de trapo, si nada se tuerce, me presentaré el lunes siguiente a la prueba de nivel para empezar a hacer algo más y haber si así me cuesta menos hablar y entender...
Por otro lado, Justo encontró en la Biblioteca de Menlo Park que había ayudas para enseñar a la gente a leer en inglés, no tengo muy claro si es para analfabetos o para casos como el mío, pero bueno iremos a enterarnos.
Tras mirar otras cosillas, se nos hizo muuuuyyy tarde para comer, nos fuimos a callejear por Palo Alto buscando una ferretería que en otro momento vimos en coche. Os parecerá una tontería pero aquí es un poquillo difícil encontrar sartenes con tapa plana. Una noche de esta semana intentamos hacer una añorada tortilla de patata y a falta de una tapa para la sarten usamos un plato que tampoco era lo suficientemente grande para cubrirlo todo, además, la sartén de TEFLÓN de IKEA era bastante mala y el resultado fue este:

En el camino encontramos un “Whole Foods”, que es un sitio muy pijito que tiene muchas tonterías de comida (tenían bastantes cosillas de España –vinos, quesos,...-), mogollón de variedad de verduras, me impresionó la cantidad de verdura verde que había y lo mejor el pasillo de las verduras, los cerales y los frutos secos, mucha variedad de todo esto y al peso, todos metidos en artefactos dispensadores, todo tan bien clasificado y ordenado y tan limpio,... el sitio me encantó, lo malo eran los precios, desde luego no era para hacer la comprar todos las semanas.

Y de camino de la ferretería, nos encontramos el segundo centro de CURVES. Es el mismo gimnasio al que iba yo en Madrid. Vimos otro cerca del IKEA en East Palo Alto, pero como os comentamos en otra ocasión, quien evita la ocasión, evita el peligro, y por si acaso, es mejor evitar esa zona, aunque esté cerca del IKEA.
Este otro Curves, me pilla mucho más cerca y está muy cerca de Denodo. No, Justo no va a venir conmigo, porque para el que no conozca estos gimnasios, son exclusivamente para mujeres; al que iba yo en Madrid, cuando me lo enseñaron por dentro no dejaron a Justo ni avanzar más allá de la recepción. Aquí incluso, pudo verlo cómo era por dentro. Nosotros simplemente nos paramos delante de la puerta para ver el horario que tenía (abren todos los días de la semana, con diferentes horarios) ya que este domingo era de los pocos domingos que cierran aquí (por ser Domingo de Pascua). Pero dio la casualidad de que la dueña venía de hacer la compra y que debía de vivir al lado y nos invitó a entrar en el gimnasio y nos dio toda la información que queríamos. Posiblemente más adelante me apunte .
Bueno y de camino a Denodo para coger nuestros ligeros portátiles y volver al apartamento, paramos a cenar en una Creperie sencillita pero con un cocinero francés que se curraba una a una cada crep con toda la tranquilidad del mundo, y no es queja, eh!! Estaban muy buenas, sobre todo la dulce...mmmmmmm!... chof!!!!
Pero cuando llegamos al apartamento, llegó el momento “Semana Santa en Menlo Park” en el hogar de los Hidalgo-García. Todos los quehaceres durante la semana habían pospuesto día tras día la elaboración anual de las torrijas caseras, esta vez ayudada por el pinche Justo Hidalgo!!!

La experiencia fue única, y su ayuda inestimable. Nos los pasamos como enanos entre leche, aceite, MUCHA azúcar, pan, canela,... Nunca había pensado lo poco nutritivo que este dulce. Por primera vez Justo disfrutó en la cocina, a él no le gusta eso de tener que estar esperando tiempos de cocción o de horno, lo que le mola es algo como esto, pasos encadenado y rápidos, porque o se pone muy húmedo el pan o se queman las torrijas o se empapan demasiado en el almibar,... todo tenía que ser rápido y eso le molaba!!!!! :-D
Y llegamos al Domingo.
El plan era ir a cenar pronto a una barbacoa en casa de los jefes de Justo, en plan familiar, ¡¡¡españolitos de la oficina en Palo Alto!!!, alrededor de las 5. Para nosotros eso sigue siendo una merienda fuerte, así que decidimos que lo mejor, para no juntar comidas era hacer un desayuno-comida, lo que aquí se llama un “Brunch”. Aunque nuestro plan inicial era otro, al final fuimos paseando desde el apartamento hasta University Avenue y allí entramos a comer en la Cheescake Factory ¡¡¡¡IMPRESIONANTE!!!! ¡¡¡Qué tartas!!!!! (no sólo la New York, Jesús ;-))

Después nos pasamos por la oficina para ver a nuestros padres ;-)


Y después llegó un momento emocionante para mí. El domingo fue el cumple de Ana, mi compi de El Corte Inglés. Es la única amiga que no tiene conexión de internet para mandarnos e-mails, por tanto, la correspondencia tiene que ser la tradicional, eso la hace más especial pero se añora mucho más. El contacto no es tan fácil.
Me hizo mucha ilusión cuando recibí su primera carta porque ni recordaba haberle dado la dirección de Denodo. Pero más emocionante fue cuando la oí. Aprovechamos el crédito de Skype y la llamé a casa, con esos precios no da ningún remordimiento. Eran las 11.30 de la noche y su teléfono sonó, no sé quien se emocionó más, si yo de oirla, o ella de la sorpresa. Estuvimos hablando más de media hora, y si por mí fuera hubiera sido más, pero ella ya se tenía que ir a dormir. Sigo diciendo lo mismo, esta diferencia horaria es lo peor. Anita, no sé si conseguirás leer esto desde el ordenador de tu hermando o desde la PDA de tu cuñada, pero si lo logras que sepas que yo también echo mucho de menos esos nachos contigo...
Pero bueno, después de este momentazo , Justo y Ben (sí, Ben y Rocío estaban en Denodo trabajando, Justo no es el único que tiene mucho trabajo, son todos, y estos meses estan siendo muy ajetraeados para Rocío –impuestos, justificaciones,...-, confía en que el mes que viene será mejor, además se van a La Coruña a una boda así que sí, será mejor!!!) se fueron al Walmart y al Target de nuevo para comprar nuestras bicis y al loro!!, intentar llevarlas en un Bettle al apartamento!. Pero nuestro gozo en un pozo. Como escribí antes, era Domingo de Pascua y estaban cerrados . Así que se volvieron a Denodo y después de que Rocío acabara con sus cosas, nos fuimos los cuatro a la casa de Ángel (el jefe) y a disfrutar de una tarde tranquila rodeados por un bonito jardín con únicamente las voces de los hijos de los jefes de fondo...:) y bajo el calorcito de una estufa de jardín. Una buena barbacoa, una buena conversación, un buen día, tranquilidad, ... ¿qué más se podía pedir para despedir la semana?