Friday, March 30, 2007

Llegó el lunes... comienza la rutina

Hace tanto tiempo, que casi ni nos acordamos… bueno, sólo ha pasado un poco más de una semana, pero lo cierto es que con tanto cambio, ¡una semana parece mucho tiempo!

Entre semana la rutina ha estado más o menos establecida desde el principio. Como Rosa llegó a Menlo con un curso de retraso con respecto al “máster” en el que está apuntada, tenía que ponerse las pilas cuanto antes para no tener que añadir al desafío del idioma el de no estar al día. Por otra parte, yo tenía bastante trabajo retrasado por estas semanas de tesis, viajes, … por lo que quería adelantar cuanto más mejor, sobre todo para que cuando las cosas aquí cojan más ritmo, no me pillen con el pie cambiado. Así que la cosa es fácil: nos levantamos a eso de las 7, 7:30, para desayunar juntos y después cada uno irse a sus tareas. Rosa a estudiar en casa en el escritorio recién adquirido en la “garage sale” y yo a darme un paseíto al trabajo y estar allí todo el día.

Desde el apartamento hasta el trabajo, en Downtown Palo Alto, hay una media hora andando a ritmo adecuado. Para los que les guste Google Earth, estamos en la 842 Coleman Ave., por lo que lo que suelo hacer es coger la calle Willow Rd. a la derecha (o Santa Monica, que es más tranquila)




hasta llegar a Middlefield, que tomo a la izquierda, hasta que cruzo Lytton.




















Esa es la calle donde está la oficina de Denodo, así que giro a la derecha hasta el 530 Lytton Ave. Lytton es paralela a University Ave., que es la calle principal de Palo Alto. Si la sigues hasta un extremo hacia el Este, se cruza la autopista 101 y se llega a East Palo Alto, la zona chunga de Palo Alto, pero que parece estar mejorando. De hecho, IKEA está justo a la entrada de East Palo Alto; me contaron (no sé si es verdad o no, pero aquí se cumple) que IKEA suele colocarse en zonas degradadas no sólo para aprovecharse del precio más bajo del suelo, sino para que esa zona mejore. Si se sigue University por el lado contrario, se llega a la Universidad de Stanford, una de las mejores del mundo en unas cuantas especialidades, entre otras las de Informática y Telecomunicaciones. Ya habrá tiempo de hablar de ella 

Del trabajo, poco que comentar para no aburrir. Estamos en una oficina pequeñita, y que de hecho se nos ha quedado pequeña. Se está viendo si ampliar o cambiar de sitio. Las vistas son muy chulas (ya pondré alguna fotillo), pero cuando venga Juan desde Madrid, o se sienta en la cocina o no sé que vamos a hacer . Hay dos salas de conferencias/despachos, ocupados por los comerciales (Richard y Jeff Haber, surfero por naturaleza), aunque a uno le toca moverse cada vez que hay una reunión  En la “sala principal” nos encontramos el resto: Rocío, la “office manager” o gerente de oficina, que es la que se encarga de mantener todo en orden y ocuparse de temas financieros y de organización. Ángel, el “jefe” y fundador de todo esto. Después está Suresh, el responsable de marketing, Wei, que es ingeniero de soporte, y Jeff Stutz, el recién llegado, preventa, y mi compi de mesa. Así que tenemos a uno de Michigan, a dos de California, dos gallegos, un indio y un gato por aquí 

Este primer día Rosa se pasó por University (sacando unas cuantas fotos del camino que son las que he utilizado antes) para que abriésemos nuestra cuenta corriente. La hemos hecho en Wells-Fargo, un banco mítico en los US. Aquí se diferencia entre la “Checking account” (cuenta de pagos) y la “Savings Account” (la cuenta de ahorros) así que nada más empezar ya tenemos dos cuentas aquí!  Por otra parte, no tenemos posibilidad de contar con tarjeta de crédito aquí (ni aunque quisiéramos) por no tener con un “credit report” (informe de capacidad de crédito basado en tu histórico). Fue curioso el encontrar que quien nos atendía se llamaba Ángela y hablaba español. Empezamos a comprobar que lo de hablar o no inglés “is not an issue”… vamos, que no importa casi nada por aquí.

Como broche final de la noche, me puse con mi segunda cena: una ensalada César… aunque, sin embargo, inicialmente no iba a ser eso…

Rosa y yo nos pusimos a cocinar y veíamos que el fuego de la cocina eléctrica iba muy mal, prácticamente no calentaba. Rosa ya lo había advertido en su almuerzo, cuando le costó un montón hacerse un simple sándwich. En este caso queríamos poner a hervir agua para cocer pasta… y a la hora y media, seguía sin hacerlo!!!! Estábamos desesperados, así que nos pusimos a hacer una ensalada César, con el pollo al “baño maría”.

Fue cuando nos pusimos a cenar (¿a las 12, quizá?) cuando me dio por pensar… ¿y si los mandos están al revés? No tenía sentido, puesto que al ser mandos redondos, no podía ser que las pegatinas que marcaban la intensidad se hubiesen despegado… pero efectivamente...

¡El “HI” era el “LO” y viceversa! Cómo calentaba la cocina, qué maravilla!!! Seguramente hicieron algún arreglo a la cocina o algo así, porque si no no hay quien lo entienda… pero bueno, cenamos por fin!!!



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