Friday, March 30, 2007

Fin de Semana… sí, lo adivinasteis, de compras!!!

Y llegó el viernes. Rosa estudió poco porque pilló conexión por Internet y aprovechó para hablar con sus papis, con los míos, chatear con Susana, mandar correos, … vamos, ponernos algo al día, que os tenemos abandonaditos!!!

A eso de las 18:00, Rosa me vino a recoger al trabajo, , y nos fuimos a comprar por segunda vez al Safeway. Hora y media después, con otro carro lleno, por fin íbamos a tener una tarde-noche de relax. Nos fuimos a Kepler’s una de las librerías más conocidas de la zona para buscar libros de optometría (o de lo que se tercie); allí ya habíamos quedado con Rocío y con Ben, su novio, y pasamos un rato largo en la cafetería de al lado, Café Borrone, que es de los pocos sitios de por aquí que no cierra a las 10 (y mira que lo intentamos, pero nada, todos los sitios cerrados o a punto de cerrar!). Allí puedes tomar sándwiches, ensaladas,… hasta las 10 (de hecho, Rocío se quedó sin cena por llegar más tarde) pero después puedes seguir pidiendo cafés y tartas, hasta, al menos, las 12:00, que es cuando nos fuimos (aunque estaban ya recogiendo). Casi todos los fines de semana va un grupito de jazz a tocar en vivo mientras tú estás en la terracita tan a gusto (pero con chaquetita, que hace rasca). Rosa: con abrigo, qué frío hace en la California esta!!!!

Pero eso fue el viernes… ¿qué podríamos hacer un sábado por la mañana? Claro que sí, nos fuimos de “garage sales”!!! Es decir, desde las 8:15 de la mañana de casa en casa para llevarnos todo lo que podíamos… y no es ilegal!!! Esta vez fuimos unos profesionales, teníamos las direcciones, lo teníamos organizado por zonas, sabíamos cuáles nos interesaban más… y conseguimos casi todo lo que queríamos. También observamos a los que aquí llaman “early birds”, personas que no respetan los horarios que ponen los vendedores. En una que empezaba a las 9, nosotros llegamos un poco antes así que, tal y como hacía otra gente que ya estaba allí, nos quedamos en el coche, aparcados. De pronto llegó un “pick up” (una furgoneta grande, abierta por detrás), se bajaron un tío y una tía, y cogieron todo lo que los vendedores habían dejado como “gratis”. Inmediatamente fueron a la puerta y llamaron. Ahí ya habíamos salido casi todos de los coches. Obviamente, los vendedores dijeron que se esperase, que no era la hora todavía. Rocío y Ángel nos han contado que en muchas ocasiones se forma cola de “early birds” hasta media hora antes!!!

Pero bueno, encontramos lo que queríamos. En una (en la que hemos comentado antes), pillamos la tele (20$) y la lámpara ($15):




















En otra, la aspiradora por 40$ (una que cuesta 300$). En otra, una fuente de barro para el horno, una webcam antigua (para ver si mejorábamos el contacto visual con nuestros papis en nuestro ordenador, ya que hemos comprobado que es incompatible con la cámara que tenemos ahora) y un lápiz para la PDA por 6$. Y en otra, una mesita para la tele o de mesilla, nueva, por 25$.

Y, excepto por la webcam, que parece que no va muy bien (habrá que seguir buscando una solución para nuestro ordenador), y que nos falta el filtro de la aspiradora, todo funciona!!!

Un momento importante del día fue cuando volvimos a casa a comer… ¡lentejas! Y aquí está la prueba:

Vale, sin chorizo, sin calabacín, … pero sabía muy, muy bien!!! Vuelvo a repetir… sabían muy bien… porque no las cociné yo, sino Rosita. Para algunas cosas, todavía estoy un poco verde :)

Después de ir un rato a Denodo para hablar con los papis, dedicamos nuestra primera tarde de ocio… ¡a visitar Stanford! Nuestra primera tarde de turismo!!!





Como siempre, somos una pareja que apoyamos el ejercicio físico. En lugar de coger el coche hasta el parking disponible a la entrada de la universidad, “decidimos” que “como el parking es sólo para estudiantes” habría que andar desde El Camino Real hasta la universidad… aproximadamente 2-3 kilómetros. Así tenía yo agujetas el domingo (no quiero comentarios sobre mi forma física, que conste }:-( ) . Pero mereció la pena, como dice Rocío, es como Disneyland pero en universidad. Rosa dice que así da gusto ir a estudiar, no como el “campus” de la facultad de optometría en San Blas ;)

Aquí véis el camino que sale de Stanford hacia Palo Alto… y a nosotros :)



















Aquí veis la torre Hoover, uno de los símbolos de la universidad.



















Esto es ya dentro del “Quad”, el edificio principal de Stanford, y que permite llegar a la iglesia.















Y ya estamos en el domingo. Nos levantamos sin prisas, desayunamos unas tostaditas con mermelada en la cama, y después nos fuimos con Rocío y Ben a un outlet, un centro comercial con algunos precios interesantes, y otros no tanto. Está en Milpitas, a una media hora en coche. Nosotros íbamos con la idea maravillosa de los outlets de Texas (JC, esto va por ti!  ), pero por ahora no los hemos encontrado. Algunas cosas estaban MUY bien (ya veréis el bolso de Rosa o nuestras chupas) pero porque estaban en rebajas (en LA semana de rebajas, no como en España que hay 10.000 semanas de rebajas); aquí hacen una semana regulada de rebajas al año, y luego días concretos de rebajas, por lo que la gente está muy atenta a los periódicos para ver cuándo y dónde pueden sacar buenos precios. Pero aún así, cayeron algunas camisas, chándals, y, porque lo necesitábamos ya, una antena para la tele.

Eh, que las camisas eran de Calvin Klein:




















… y eso que íbamos a por una camisa para Ben :)

El día terminó con una placentera cena casera y una grata conversación en casa de Rocío y Ben. Ya hemos pasado nuestra primera semana completa en Menlo, y nuestra segunda en USA… ¿qué nos traerá la tercera?

El resto, más rápido

21, 22/03/2007

El resto de la semana pasó más rápidamente… o es que hicimos menos cosas :) El miércoles y el jueves, Rosa estuvo estudiando todo el día, y preparando dudas para sus profesores; como no tenemos conexión a Internet (casi nunca, hay veces que un vecino piadoso se deja la conexión inalámbrica encendida :) ), ella las escribía y yo las enviaba al día siguiente desde el trabajo.

Por mi parte, pues preparando la documentación de uno de los productos cuya última versión vamos a sacar en breve, y haciéndome al entorno. El miércoles tuve la oportunidad de comer en el restaurante del hotel propiedad de Rosalía Mera, la inversora principal de la empresa. Nada, que como apenas tiene dinero la señora, se ha comprado un hotel en Palo Alto, y no de los de desayunar un croissant y a la calle, no :)

Pero bueno, no todos los días van a pasar cosas, no?

Cómo echar a un cliente pesado

20/03/2007

El martes seguimos con esa rutina. En la oficina, Suresh volvió de sus vacaciones por India, así que para celebrarlo… nos fuimos a un indio a comer. Una de las cosas que me gustan de por aquí es que, como no existe la cocina americana, cada día comemos en un restaurante diferente, con cocinas diferentes. Obviamente, son restaurantes de menú, pero aún así se puede captar la esencia. Por ahora, al menos sé que puedo comer en un indio, chino, thai, griego, italiano y japonés si añorar el “chino feliz”… ya veremos cuando eche de menos las lentejas y las judiítas (aunque de lo primero ya tuvimos aquí hace poco, gentileza de Rosa J ).

Durante el día, Rosa tuvo su primera experiencia con la “laundry room”, es decir, la habitación común donde se puede lavar y secar la ropa. Lo intentamos durante el fin de semana, pero las dos máquinas funcionan con monedas de 25 centavos (7 monedas la lavadora, 6 la secadora), y no teníamos suficiente todavía. Así que una vez abrimos la cuenta en el banco y cambiamos billetes por monedas, le tocó a Rosa tener una experiencia puramente americana!!!

Por la tarde, aprovechando que contábamos con el coche durante la semana, le propuse a Rosa ir a una librería Barnes&Nobles que había cerca de Palo Alto, en Redwood City, al Oeste de Menlo Park. La idea era ver si tenían algunos libros que le habían recomendado a Rosa relacionados con la Terapia Visual; obviamente los podíamos haber pedido por la web, pero la oportunidad de ir a una librería de verdad es algo que no suelo desaprovechar. Lo cierto es que fue bastante decepcionante (librería relativamente pequeña y sin nada de medicina o ciencias que mereciese la pena) así que nos quedamos a cenar en la zona, en una taquería. Serían las 20:30, y nos pedimos unos nachos y unos burritos. Cuando llevábamos la mitad de los burritos, estábamos ya bastante llenos, pero ocurrieron un par de cosas que nos “empujaron” a irnos. Primero, que la música empezó a estar muy alta (y además sonaba Alejandro Sanz, aarrgghh!!!); y segundo, que empezó a hacer muuuucho frío. Resulta que la taquería cerraba a las 9!!!! Y nos estaban echando descaradamente. Así que cogimos nuestros burritos y con la música (de otro tipo) a otra parte. Consejo: a quien le vaya la marcha, que se vaya a vivir a San Francisco o a un “dorm” de Stanford, porque lo que es aquí…

Llegó el lunes... comienza la rutina

Hace tanto tiempo, que casi ni nos acordamos… bueno, sólo ha pasado un poco más de una semana, pero lo cierto es que con tanto cambio, ¡una semana parece mucho tiempo!

Entre semana la rutina ha estado más o menos establecida desde el principio. Como Rosa llegó a Menlo con un curso de retraso con respecto al “máster” en el que está apuntada, tenía que ponerse las pilas cuanto antes para no tener que añadir al desafío del idioma el de no estar al día. Por otra parte, yo tenía bastante trabajo retrasado por estas semanas de tesis, viajes, … por lo que quería adelantar cuanto más mejor, sobre todo para que cuando las cosas aquí cojan más ritmo, no me pillen con el pie cambiado. Así que la cosa es fácil: nos levantamos a eso de las 7, 7:30, para desayunar juntos y después cada uno irse a sus tareas. Rosa a estudiar en casa en el escritorio recién adquirido en la “garage sale” y yo a darme un paseíto al trabajo y estar allí todo el día.

Desde el apartamento hasta el trabajo, en Downtown Palo Alto, hay una media hora andando a ritmo adecuado. Para los que les guste Google Earth, estamos en la 842 Coleman Ave., por lo que lo que suelo hacer es coger la calle Willow Rd. a la derecha (o Santa Monica, que es más tranquila)




hasta llegar a Middlefield, que tomo a la izquierda, hasta que cruzo Lytton.




















Esa es la calle donde está la oficina de Denodo, así que giro a la derecha hasta el 530 Lytton Ave. Lytton es paralela a University Ave., que es la calle principal de Palo Alto. Si la sigues hasta un extremo hacia el Este, se cruza la autopista 101 y se llega a East Palo Alto, la zona chunga de Palo Alto, pero que parece estar mejorando. De hecho, IKEA está justo a la entrada de East Palo Alto; me contaron (no sé si es verdad o no, pero aquí se cumple) que IKEA suele colocarse en zonas degradadas no sólo para aprovecharse del precio más bajo del suelo, sino para que esa zona mejore. Si se sigue University por el lado contrario, se llega a la Universidad de Stanford, una de las mejores del mundo en unas cuantas especialidades, entre otras las de Informática y Telecomunicaciones. Ya habrá tiempo de hablar de ella 

Del trabajo, poco que comentar para no aburrir. Estamos en una oficina pequeñita, y que de hecho se nos ha quedado pequeña. Se está viendo si ampliar o cambiar de sitio. Las vistas son muy chulas (ya pondré alguna fotillo), pero cuando venga Juan desde Madrid, o se sienta en la cocina o no sé que vamos a hacer . Hay dos salas de conferencias/despachos, ocupados por los comerciales (Richard y Jeff Haber, surfero por naturaleza), aunque a uno le toca moverse cada vez que hay una reunión  En la “sala principal” nos encontramos el resto: Rocío, la “office manager” o gerente de oficina, que es la que se encarga de mantener todo en orden y ocuparse de temas financieros y de organización. Ángel, el “jefe” y fundador de todo esto. Después está Suresh, el responsable de marketing, Wei, que es ingeniero de soporte, y Jeff Stutz, el recién llegado, preventa, y mi compi de mesa. Así que tenemos a uno de Michigan, a dos de California, dos gallegos, un indio y un gato por aquí 

Este primer día Rosa se pasó por University (sacando unas cuantas fotos del camino que son las que he utilizado antes) para que abriésemos nuestra cuenta corriente. La hemos hecho en Wells-Fargo, un banco mítico en los US. Aquí se diferencia entre la “Checking account” (cuenta de pagos) y la “Savings Account” (la cuenta de ahorros) así que nada más empezar ya tenemos dos cuentas aquí!  Por otra parte, no tenemos posibilidad de contar con tarjeta de crédito aquí (ni aunque quisiéramos) por no tener con un “credit report” (informe de capacidad de crédito basado en tu histórico). Fue curioso el encontrar que quien nos atendía se llamaba Ángela y hablaba español. Empezamos a comprobar que lo de hablar o no inglés “is not an issue”… vamos, que no importa casi nada por aquí.

Como broche final de la noche, me puse con mi segunda cena: una ensalada César… aunque, sin embargo, inicialmente no iba a ser eso…

Rosa y yo nos pusimos a cocinar y veíamos que el fuego de la cocina eléctrica iba muy mal, prácticamente no calentaba. Rosa ya lo había advertido en su almuerzo, cuando le costó un montón hacerse un simple sándwich. En este caso queríamos poner a hervir agua para cocer pasta… y a la hora y media, seguía sin hacerlo!!!! Estábamos desesperados, así que nos pusimos a hacer una ensalada César, con el pollo al “baño maría”.

Fue cuando nos pusimos a cenar (¿a las 12, quizá?) cuando me dio por pensar… ¿y si los mandos están al revés? No tenía sentido, puesto que al ser mandos redondos, no podía ser que las pegatinas que marcaban la intensidad se hubiesen despegado… pero efectivamente...

¡El “HI” era el “LO” y viceversa! Cómo calentaba la cocina, qué maravilla!!! Seguramente hicieron algún arreglo a la cocina o algo así, porque si no no hay quien lo entienda… pero bueno, cenamos por fin!!!



Tuesday, March 27, 2007

Un pequeño receso médico-baloncestístico...

... que no será comprendido por todo el mundo, pero no lo he podido evitar.

¿Jaime, te suena esta imagen? Salvando las distancias de calidad, claro.

Calderón asistiendo a Garbajosa lesionado

Cuando lo he visto se me han helado las venas... y ya han pasado 14 meses...

Sabemos que estáis ahí... y gracias!

Gracias. Nos estáis enviando muchos correos de apoyo y de buena suerte. Desgraciadamente, no tenemos conexión en casa (excepto cuando algún vecino se conecta con la wireless desprotegida :) pero eso no suele ocurrir mucho), y ambos estamos aclimatándonos todavía, así que cuando nos queremos dar cuenta, ya se ha pasado el día. Pero nos acordamos de vosotros. MªCruz, Óscar, Ana, Jesús, Jaime, ... os debemos respuestas varias, y todavía nos queda gente con la que contactar para decirles que "ya estamos aquí".

En breve, más aventuras. Nos queda por contaros toda la semana pasada!!!

Thursday, March 22, 2007

Días de compras...

Nuestro primer día en Palo Alto, desayunamos al estilo americano, en cuanto a la tranquilidad, en casa de Ángel (el jefe de Justo), y después nos llevó a ver el apartamento.

Justo ya había estado en casa de Ángel y Carmen el pasado Junio, cuando estuvo 15 días conociendo la oficina de Palo Alto.

Explico un poquillo cómo es todo esto para que el lector se sitúe .
Aclaramos que aunque a todo el mundo le dijimos que ibamos a Palo Alto, realmente nuestro apartamento actual está en Menlo Park, y la oficina de Justo sí que está en Palo Alto. Pero a los efectos, seguiremos haciendo referencia a Palo Alto, para no crear confusión 
Realmente para que os hagáis una idea, son como barrios, por tanto, una calle te hace pasar de uno a otro. Están situados en las afueras de San Francisco, al sur.
Justo tiene el trabajo a unos 30 minutos para él, y unos 40 para mí ;-) del apartamento, andando; y a 15 minutos en coche o en bici. Y aquí, el tiempo es como una constante primavera, aunque ahora las temperaturas son un poquillo más bajas. Por tanto, es muy grato pasear, aunque seamos de los pocos que lo hacen por aquí, ya que todo el mundo se mueve con coche o bici. Justo por ahora y hasta que se haga un hábito de hacer deporte, prefiere ir al curro andando.

Justo: Para los que no sean muy informáticos, Palo Alto es el centro neurálgico del Silicon Valley, la zona de la bahía que acumula más empresas tecnológicas por metro cuadrado. Entre Redwood y Mountain View (en medio están Menlo Park y Palo Alto) podemos encontrarnos con las sedes principales de Yahoo!, Google, Sun, Cisco, ... en fin, la créme de la créme. Esta zona, además, cuenta con una gran concentración de inversores que ponen pelas a estas empresas, y con dos de las mejores universidades del mundo, Stanford (en Palo Alto, al final de la calle principal, ya hablaremos de ella) y Berkeley (un poquito más lejos, cruzando la bahía). En definitiva, un caldo de cultivo excelente para que salgan empresas innovadoras “a porrillo”. Cuando vine el año pasado, creía que Palo Alto sería una ciudad con grandes edificios, mucho tráfico... como estáis empezando a ver, y Rosa está viviendo... poco tiene que ver con esa idea!















Pero bueno, continuemos con el apartamento.

Tiene un salón amplio, una cocina, un dormitorio y un baño. Suficiente para los 2 durante un año.

Pedimos tranquilidad, y aparentemente la tiene, lo único que podemos objetar es que podría tener un poco más de luz el salón y ya desde mi opinión, mejor olor. Por aquí o no lo notan o me dicen que es el olor de las moquetas... No sé, no me convence...

Nuestra casita en Madrid la fuimos haciendo poco a poco con mucho cariño, llenándola de pequeños detalles que nos identifican. Pero esto aquí no vale. No queríamos estar muchos días en casa de Ángel por no molestar y porque necesitábamos, estar ya tranquilamente en “nuestra casa”.
Pero nos dimos cuenta de que para vivir mínimamente, se necesitan muuuuuchas cosas (muebles, menaje del hogar -sábanas, toallas, cacharros,...-, comida,...). En Madrid, tuvimos prácticamente un año (y más ;-)) para ir llenándola con lo que queríamos, pero ahora teníamos que hacerlo de golpe, pensar qué era lo más necesario y el resto ya lo compraríamos más adelante. En nuestros ojos sólo aparecía el símbolo del dólar $, como en los dibujos animados. Gastábamos y gastábamos, era agobobiante ir a tantos sitios y no dejar de sacar el monedero en todos ellos..., parecíamos Rockefeller...
Los compis de Justo nos recomendaron algunos sitios donde hacer nuestras compras, y el sitio que ganó con diferencia al resto, fue IKEA:















La empresa nos alquiló por un día, un furgón para hacer las compras grandes de muebles, y Ángel nos prestó unos suyos que hemos puesto en el salón (una mesita baja, 4 silloncitos y una lámpara-mesita)





Pero dicho furgón tuvo que conducirlo Justo, aunque no tuvo ningún problema porque aquí se conduce muy despacito, las señales marcan constantemente una velocidad máxima de unos 40 Km/H. Las distancias aquí no son muy grandes, pero hay que tener en cuenta que se conduce muuuucho más despacio que en Madrid.

El sábado por la mañana nos fuimos a lo que aquí llaman una “Garage Sale”: gente que vuelve a su país o que cambia de casa, exponen lo que tiene en su garage y lo vende por precios muy asequibles. Comprendí que tenía el concepto cambiado sobre esto. Al principio yo creía que lo hacían para sacar beneficio, como cuando vendes tu casa y la vendes por más dinero que la que compraste para ganar en la venta. En este caso no sucede lo mismo, se trata de vender lo máximo que puedas para recuperar un parte al menos, de tu inversión inicial en dicha casa. Aquí cuando la gente se va a otra casa, no quiere tener el “trastorno” de hacer una mudanza, así que intenta venderlo todo.
Nosotros compramos una mesa de escritorio de madera maciza y una silla de escritorio por $30. Y unas bandejas de escritorio, que luego vimos en la tienda donde la compraron a $21, por $3 :-O

La experiencia es chula. Te conectas a una página web (craigslist.org) y buscas “garage sales Palo Alto” o “garage sales Menlo Park”. Cada fin de semana hay al menos 4 ó 5 ventas, algunas con fotos y páginas web incluídas! Te pasas por allí (con o sin cita previa; nosotros fuimos sin cita) y a ver qué tienen. Nos han dicho que las mejores cosas se las suelen quedar “profesionales“ (aquí les llaman “early birds”) que llegan antes de la hora... qué morro le echan, qué listos son...

En nuestro caso, coincidió que la pareja que se mudaba era europea (sueco y francesa), con lo que salió conversación interesante... y nos ayudaron a desmontar la mesa de despacho, que costó lo suyo!

Así que nuestra idea es seguir aprovechandonos de estas gangas para comprar una tele o una aspiradora... Todos los fines de semana hay alguna.

Entre compra y compra el jueves y el viernes Justo ya tuvo que ir asistir a varias reuniones de trabajo,... ¡¡No le dejaron ni asentarse con tranquilidad!! ¡Sólo pedíamos 2 días!

Justo: trabajo no me va a faltar, la verdad. Mi responsabilidad aquí es toda la parte tecnológica del producto que construimos, evitando el inevitable problema que suponen 9 horas y miles de kilómetros de distancia.

Rosa: Y por fin, el domingo, abrí la “cajita”. Con todo el jaleo, el primer día, Rocío y Ángel me habían entregado la caja que Linda me mandó del curso de Sanet con la documentación del primer seminario, pero no había tenido ni tiempo de abrirla y de echarle un ojo. Parecía que era un regalito para Justo, él mostraba muchas más ganas de abrirlo que yo.
Ya tenía cositas para estudiar el lunes.



















Y después, la primera clase práctica de cocina para Justo ;-). Empezamos con algo sencillito: un sandwich de jamón-queso y orégano.
Ya iremos mejorando el menú :)
Justo: por alusiones, he de comentar lo siguiente.- el Justo que conoceréis a nuestra no será conocido como Justo Hidalgo, o Dr. Hidalgo, o Justo Hidalgo, Ph.D., sino como Justo, le chef!!!! El sandwich es el principio, la ensalada césar es lo segundo, ... pero ¿os podéis imaginar lo que ocurrirá en los fogones de Coleman Avenue (o donde estemos en ese momento) dentro de 3-4 meses?

Wednesday, March 21, 2007

14 de Marzo de 2007 Llegada a Menlo Park

A Justo le intesaban 2 conferencias de esta mañana. Pero como ya dejábamos el hotel apuramos al máximo el tiempo para dejar la habitación y mientras Justo asistía a la última charla, me quedé leyendo un poco en los cómodos sofás de la recepción de la planta baja del hotel, ¡¡sí, sí, tiene dos plantas de recepción el hotelito!!!



Justo: las conferencias estuvieron chulas. Esta gente monta unas historias interesantes, aunque están muy centradas en gente de negocio, por lo que para los que nos gusta algo más la “chicha técnica”, corres el riesgo de quedarte con las ganas...

Comimos por la ciudad -en un Dunkin Donuts, recordando viejos tiempos cuando quedábamos a comer en Cuatro Caminos, Madrid, Spain-, nos despedimos de ella ;-) y nos fuimos al aeropuerto a matar el tiempo de alguna manera, la tarde iba a ser muy larga.

- Nota de Justo: en el taxi ambos nos quedamos un poco traspuestos, y cuando yo estaba “pensando en mis cosas”, Rosa me despertó apurada... “este tío dónde nos está llevando!!!”. Falsa alarma, íbamos al aeropuerto, se creía Rosita que nos iban a vender como esclavos en los campos de algodón de la zona :)-
- Nota de Rosa: Exagerao!!!!!!!

Cuando llegamos a facturación, conseguimos adelantar nuestro vuelo hora y media, pero no nos sirvió de mucho porque al final nuestro avión salió una hora tarde, 2 y 2 son 4, al final sólo ganamos media hora :).
En la facturación veíamos cómo nuestras maletas pasaban los controles, de hecho, nos pedían permacencer allí hasta que viéramos que no ponían ningún problema, si ellos veían algo “sospechoso” (como una botella de vino, si fuera de Cocacola no había problema), le hacían abrir la maleta al propietario. Pero las nuestras estaban en orden.

A las 2 de la madrugada hora de Chicago (12 de la noche en San Francisco), llegamos a nuestro destino final del viaje: San Francisco.



El plan inicial era que esa misma noche, durmiéramos en el apartamento que nos había alquilado la empresa por un mes, pero tengo que aclarar, que dicho apartamento estaba totalmente vacío, sólo la cocina (muebles vacíos, nevera, horno y lavavajillas) y el baño. Así que la idea inicial era llevar al apartamento un cochón, sabanas y toallas, para el día de nuestra llegada. Pero el jefe de Justo, prefirió invitarnos a su casa primero, los días que fueran necesarios, hasta que tuviéramos unos mínimos en el apartamento para poder empezar a vivir.

13 de Marzo de 2007... porque la lechuga cruje más que el pan...

Tras irse Justo de nuevo, a su primera conferencia del día, yo me fui a la recepción del hotel para preguntar por algún tour interesante que me ofrecieran. Pero no me convenció nada de lo que la chica amablemente me contó. Así que me ideé mi propio plan.

Mi meta era sencilla, tampoco quería agotarme mucho :-P Me fui hacia la zona del lago Míchigan. Quería tener una vista de lo grande que es. Y efectivamente, cuando llegué me daba la impresión de que estaba en mar abierto, ya que no se veía costa a lo lejos.

Pero encontrar el lago no fue fácil,... ¡Con lo grande que es! No se accedía desde cualquier sitio, algunos pasos estaban cerrados. Pero paseando por la orilla del río encontré unas bonitas casas de dos o tres pisos que chocaban con las alturas que las rodeaban.



Pero después del paseito,



, yendo por la Grand Avenue, lo encontré, entrando en un parquecito.



Una pequeña playita y un gran paseo por donde la gente hacía deporte (correr, montar en bici, patinar...) Parecía una zona playera, entre todos esos rascacielos.



De nuevo inmersa en todos esos edificios, llegue a la calle Serrano de Chicago “Michigan Avenue”




Pero en el cruce con Chicago Avenue, algo diferente rodeado por torres, Water Tower



Y de vuelta al hotel. El día había sido más tranquilo pero ya empezaba a estar cansada, prefería volver porque había posibilidades de que por la tarde-noche Justo saliera a conocer la ciudad :)
Y así fue. Entramos en el Millenium Park y estuvimos tonteando un poco por allí :)




Y de allí a la Sears Tower uno de los edificios más altos del mundo desde el cual podíamos divisar toda la ciudad, pero las mejores partes, con diferencia, la Este y Noreste, al lado del lago.





Cenamos como los americanos copiosamente (uuufff) en un “típico restaurante americano”, tipo Hollywood y allí verificamos que la lechuga cruje más que el pan. Aquí el concepto de pan crujiente no se lleva, lo que te dan por todas partes es algo con aspecto de pan, pero con consistencia de bollo, ¡¡¡así no se puede mojar un huevo!!!!!

Bueno y finalmente, a descansar que el día siguiente será muy, muy, muy largo.

El hombre-conferencia ya está aquí!!! El segundo día de conferencias fue más tranquilo, pues estuve más tiempo asistiendo a charlas y menos en el stand, pues sólo había un par de horas de “show”. Por la mañana estuve con un posible partner discutiendo temas técnicos y el resto, pues a escuchar gente hablar, que nunca viene mal.

El resto, pues ya lo ha contado Rosita... a ver el mundo desde su techo!!!

12 de Marzo de 2007, conociendo Chicago... unas sí, otros no :)

Justo ya empezaba sus conferencias y sus demos en el stand, por tanto, yo ya tenía que montármelo por mi cuenta. Al principio me asustaba un poco “salir a la calle” sin Justo por aquello de la comunicación, pero al final, pensé que tenía que aprovechar la oportunidad de estar en Chicago, quién sabe si volveré a visitar esta ciudad. Y la verdad es que mereció la pena. Me gustó mucho pasear por ella, aún siendo una ciudad grande y habiéndome pateado el centro de la misma, ví que había gente pero no era tan agobiante como la puerta del Sol o la Gran Vía (y eso que a mí, eso me mola :)).
Estuve paseando de 11 a 14 H y fue curioso cómo en esa franja horaria no dejé de ver gente que entraba y salía de cafeterías, Corners Café, Starbucks, Dunkin Donuts, etc, donde se vendían almuerzos rápidos (sandwiches, croissants, bagels, ensaladas...), y toda esa gente, por supuesto, con su vaso grande de plástico lleno de café ‘ligero’ (aguado) ;-) . Muchos de esos lugares no tenían ni mesas para sentarse, está claro que están diseñados para ese fin, para que la gente compre su comida y luego se la lleven al trabajo, casa, un banco en un parque o donde se les ocurra...Yo por ejemplo, me comí mi bagel de tortilla con verduras :) mientras seguía haciendo turismo. Por cierto, con ciertos problemillas conseguí que me entendieran al pedirlo, pero vamos, que no me moriré de hambre.

Bueno, pero lo mejor, las fotos y el día tan bueno que hizo.
Primero, paseíto por uno de los principales parques de Chicago, Millenium Park. Mi primera idea era pasear por dentro, pero después de las últimas nevadas (de las cuales puedo dar fe con otras fotos), estaba todo congelado, los árboles con sus ramas escuálidas y sus jardines de un color marrón triste, era un estampa otoñal que no me llamaba mucho la atención. Así que preferí pasear por fuera, por Michigan Street (la parte no comercial de esta calle).



Después callejeé por el barrio llamado THE LOOP, el centro de la ciudad, hasta llegar al Wrigley Building y al Chicago Tribune Buiding. Impresionantes (aunque no por su altura).




















Entre muchas otras cosas me impresionaron las siguientes imágenes. Pensaba que las calles serían más agobiantes con esos edificios tan altos, y que casi no habría sol en sus aceras, pero no es así, las calles y avenidas son suficientemente amplias para que eso no ocurra.


Tren cutrísimo que va por la ciudad en una altura superior a la de los viandantes.
















Pero la zona que más me gustó con diferencia es la zona del río.




Justo seguía con sus conferencias y el stand por la mañana y por la tarde, y entre unas y otras me hacía una visitilla fugaz a la habitación y me traía alimentos y bebidas “de contrabando” de Gartner :) Cuando terminó no le apetecía salir a dar una vuelta, ya que le quedaba curro por hacer en la habitación :(

¡Ahora me toca a mí, el de las conferencias!
Como ya sabéis, la razón de estar en Chicago era para que Rosa viese la Sears Tower... y ya de paso, participar en una conferencia de Gartner  Sin aburriros demasiado, Gartner es una empresa analista de empresas de tecnología, de la que mi empresa es cliente. Esta es una conferencia realmente grande (más de 800 personas, y cada una paga una pasta gansa por venir!) y nosotros participábamos en la feria como expositor. Iba a reencontrarme con Richard, el VP (pronúnciese “bipi”, aunque significa Vicepresidente) de Ventas en USA, e iba a conocer al nuevo comercial, Jeff (hay dos Jeff en la empresa, así que uno será “Jeff el comercial surfero” y el otro “Jeff el preventa”). De la conferencia poco que comentar, excepto que estaba lleno de gente, con charlas interesantes, y donde intentamos captar clientes lo mejor que pudimos. Mi objetivo cada día era, como escribía Rosa antes, apropiarme de bebida (zumos) y comida (galletas) para que no se me muriese de hambre :)

Ese día estuve hasta bastante tarde en el stand, así que después sólo nos fuimos a cenar al restaurante italiano del hotel, un buffetillo con pizza, pasta y demás. Y a dormir sin ruido!!!!!!

Saturday, March 17, 2007

11 de Marzo de 2007: el comienzo

Tras acostarnos el día anterior a las 3 de la mañana debido a los preparativos del viaje, con nuestro ‘inseparable amigo’, el ventilador (a éste no le echaremos de menos ;-)), nos levantamos tan sólo 3 horas después, corriendo, corriendo, para llegar al aeropuerto.

A todos nuestros agobios se sumaron el cargar 2 personas, con 6 bultos y medio,... ¡la locomoción era muuuuuyyyy complicada!

Tras facturar casi todo, llegaba el peor momento, despedirnos de los papis. Temía flaquear y que la despedida fuera difícil, pero yo creo que los nervios mantuvieron a raya mis emociones. Quienes peor lo pasaron, según supimos después, fueron nuestras mamis. Supongo que en algún momento entenderé perfectamente lo que sintieron al vernos marchar. La postal que vimos por última vez era triste.

Lo sentí mucho por ellas, y también por mi padre, que sé que aunque se hacía el fuerte, su hormigueo lo tenía por dentro. Pero, esto no será nada, los días pasan a toda velocidad, y en breve estaremos de vuelta no sólo de los 3 meses sino del año entero. Fueron muy comprensibles y respetuosos con nuestra decisión, es algo que necesitabamos los 2. Por un lado, Justo necesitaba salir de esa casa como fuera, y por otro, un cambio así puede enriquecer mucho una pareja, sin hablar de la experiencia profesional que conseguiremos los dos. Así que gracias papis por ser como sois, A LOS 4!!!

Tras pasar todos los pertinentes controles por fin nos sentamos a esperar el momento de embarcar. En ese preciso momento, alcancé a mi vida; en la carrera, llegamos juntas a la meta, sabía que así sería, pero a veces lo dudaba, pensaba que al final me daría un ‘yuyu’, pero no, siempre tenemos más aguante del que pensamos... :) De repente, el parón me hacía recapacitar, sobre todo lo que iba a pasarme en pocas horas, pero prefería no pensar en ello, el cansancio me podía jugar una mala pasada y quería disfrutarlo todo, aunque las culebrillas, andaran por mi cuerpo como Pedro por su casa...

La verdad es que tuvimos un viaje bastante bueno en general. La compañía con la que volamos, TOTALMENTE RECOMENDABLE: “Continental”. El avión era de 2-3-2 asientos (un 767-300) y nos dieron ¡¡ventana y pasillo!!, podíamos levantarnos todo lo que quisieramos, no incordiabamos a nadie, teníamos intimidad, amplitud en los asientos, un maletero prácticamente para nosotros, una pantalla individual en la cabecera del asiento de enfrente, para ver lo que quisieras de su programación (2 de 4 pelis eran traducidas al español – ya lo único que te gustaran ;-) -) y la comida estuvo incluso buena :), ¿qué más se podía pedir? En la facturación la señorita fue bastante amable, en el vuelo incluso una de ellas sabía español,... pero la suerte seguía más adelante...


Cuando llegamos Newark (Nueva york) llegamos a la zona de inmigración de los primeros y no tuvimos que esperar prácticamente ninguna cola. Sin embargo, cuando llegamos a la cinta para recoger el equipaje, ya había bastante gente esperando, pero tuvimos la suerte de que nuestras maletas empezaron a caer en la cinta una detrás de la otra, algunos que esperaban las suyas nos miraron con cara de alucinados, fue “llegar y besar el santo” :) A continuación, teníamos que pasar de nuevo por un control, pero siendo de los que más equipaje llevábamos, no nos pararon e incluso en guardia que nos miró los pasaportes se despidió de nosotros amablemente en español :)

Así que, a duras penas, cargando con los 6 bultos y medio, llegamos a la zona de facturación. Me esperaba algo parecido a lo que hay en Barajas: un/a señor/ita en un mostrador con una cinta a su lado, pero nada de eso. Mogollón de maletas por todas partes, una cinta que ni siquiera se movía y que ya llevaba unas cuantas maletas más, gente de seguridad que nos dirigía a una zona u otra dependiendo del destino de las maletas y mozos qye movían de un lado todo aquel equipaje. La verdad es que mucha confianza no daba aquello. Parecía que todas la maletas iban a terminar en el mismo lugar o que alguna de ellas (confiaba que no fuera ninguna de las nuestras) quedara escondida y olvidada en algún lado. Justo me comentó que así funcionaba y que no pasaba nada. La verdad es que eso no me tranquilizó, pero pensé que al menos, las maletas habían cruzado el charco ya con nosotros, y si ahora no llegaban a Chicago, no tardarían tanto en encontrar su paradero. Así que, de nuevo libres de maletas, volvimos a pasar un control de seguridad, no mucho más riguroso que el que ya habíamos pasado en Barajas (lo único diferente es que sí nos pidieron que nos quitaramos el calzado y que pasaramos por una máquina que despedía soplidos fuertes de aire y nos mantuvieramos en ella unos 16”).

Cuando llegamos a la sala de embarque de nuestro vuelo, no teníamos muy claro qué hora era. Sabíamos que había una diferencia horaria de 6 horas con respecto a Madrid. Pero en el vuelo Madrid-Newark, el piloto nos dijo una hora diferente a la hora que aparecían en las pantallas y por otro lado, muchas horas no nos coincidían. El caso es que pensabamos que ibamos sobrados con el tiempo de escala, pero una hora antes de la que esperabamos, embarcamos camino de Chicago. Mejor, porque ya que estamos allí, así llegabamos antes a Chicago :-). Pero seguíamos sin saber qué pasaba con el tiempo. Después nos enteramos que justo ese domingo habían cambiado la hora en casi todos los estados de USA, por lo que durante unas semanas la diferencia horaria con europa sería de una hora menos.

Llegamos a Chicago en 3 horitas en un avión de la Continental, esta vez más pequeño (de3-3 asientos) y más estrecho. Pero ya llegamos de noche.

Las maletas tardaron un poco más en salir que en Newark, la suerte se empezaba a agotar (cada vez más :( ). Después de andar y andar por el aeropuerto, para cambiar nuestros euros (no llevábamos encima ni un dolar) en una oficina de cambio (la única que vimos estaba ya cerrada) nos fuimos a buscar un “shuttle” (autobuses que mandan los propios hoteles para recoger a sus huéspedes de forma gratuita). ¡Más lejos no podían estar los dichosos autobuses! ¡Con lo incómodo que era moverse con TODAS las maletas! Justo empezaba a mosquearse, el cansancio empezaba a manifestarse, sólo queríamos llegar al hotel y soltar todas las maletas.

Llegamos al shuttle y una se iba ya lleno, pero llegaba otro, el conductor, alias “Cantinflas”, iba a su bola, y no se preocupó de informarse de los destinos de los pasajeros. Nosotros sólo le dijimos que ibamos al hotel Regency y él no nos preguntó a cuál ibamos, (descubrimos después que en el área de Chicago hay 3 hoteles Hyatt, 2 Hyatt Regency). Así que después de que en el mostrador del Regency O´Hare, no fueran muy amables, porque lógicamente Justo no aparecía en sus listas y Justo no recordó el nº de confirmación (pensaba que no lo necesitaría), tuvimos que perder la cola y buscar un e-mail donde apareciera el numerito. Una vez encontrado nos pusimos a la cola de nuevo y apuntamos corriendo el nº porque al portatil se le acababa la batería (definitivamente como nuestra suerte). Cuando nos tocó, la señorita,muy seca, nos comentó que seguramente estabamos registrados en el Regency Chicago en el centro de Chicago. Nos proponía CON TODAS LA MALETAS) volver a coger un shuttle al aeropuerto y de allí un taxi. Una maravillosa idea que no nos moló nada de nada. Así que en la entrada del aeropuerto nos informamos para pedir un taxi que admitiera trajeta y nos llevó derechitos al hotel ansiado ( a 20-30’ del otro hotel).
Por fin llegabamos al hotel a una expléndida habitación.






Era en una de las plantas VIP, la 32 (de 35 en total); el ascensor te pide la tarjeta de la habitación para acceder a esas plantas. Las vistas son impresionantes, tando de noche como de día. Podemos ver como el Río Chicago desemboca en el Lago Michigan. Ya estamos en USA.