La semana del cambio... ¿cuál será la semana del "no cambio"?

(30/IV - 3/V)
Como siempre, la semana pasa rápidamente, aunque no rutinariamente. Siempre hay pequeñas cosas nuevas para nosotros; o porque lo son, o porque nos ocurren en este ambiente.

Esta era la semana del cambio. Llegaba el momento de abandonar nuestro apartamento de Menlo Park, que nos ha servido de alojamiento durante los dos meses (¡DOS MESES!) que llevamos aquí, y cambiarnos al de Mountain View, un sitio ya elegido por nosotros, tras un tiempo aquí. Esto nos ha permitido evaluar mejor los pros y contras.

Los pros: sin duda, el tamaño de la casa, la orientación con respecto al sol, el patio, la distancia a Cubberley, donde Rosa va a clases de inglés.
Los contras: el precio (algo más caro y en el límite de lo que esperábamos pagar aquí por un apartamento), y la distancia al trabajo.

Pero mientras, la semana avanzaba…

El lunes tenía un momento importante en el trabajo, pero no salió muy bien. Poco tiempo de preparación, demasiadas cosas para contar, dos perfiles diferentes de analistas a los que contar la misma historia... la sangre no llegó al río (creo que casi nunca ocurre), pero enfatiza el hecho de que no siempre se puede correr y pensar al mismo tiempo. Creo que por ahora, me toca correr. El resto de la semana, en cuanto a trabajo, pues mucho proyecto europeo principalmente.

De lunes a miércoles no fuimos a ningún sitio. Rosa seguía yendo a inglés unos cuantos días y quedándose en casa estudiando optometría otros (por cierto, cundiéndole bastante!!!).

El jueves tuve una comida de empresa para celebrar la inminente boda de Rocío y Ben. La comida fue en la calle Lytton, en el restaurante Spago . Os recomendaría su visita si no fuese porque (a) está un poco lejos; (b) esto. Definitivamente, Rosa y yo tenemos el poder de cerrar los sitios nada más pisarlos... el Welcome fue sólo el principio...
















En la primera foto podéis ver a la pareja, en su última foto como "novios". En la segunda foto, el equipo de Denodo al completo, de izquierda a derecha: Richard (VP Sales), Jeff (Sales Engineer), Justito, Suresh (VP Marketing), Ángel (the boss), Ben, Rocío y Wei (PS Engineer).
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Esa misma noche Rosa y yo fuimos a casa de Ángel y Carmen, a ver por la tele el sexto partido de la primera eliminatoria de playoff de la NBA entre los Dallas Mavericks y los Golden State Warriors. Ya sabéis que el baloncesto me "gusta un poco", pero cuando vine no tenía en la cabeza el que el baloncesto NBA se siguiese demasiado por aquí; el equipo de la zona es el Golden State Warriors de Oakland (al ladito de San Francisco), un equipo que no se había clasificado para los playoffs en 13 años. Hace dos semanas hizo "la machada" de ganar un montón de partidos para clasificarse en el último momento, pero le tocaba la nada agradable tarea de jugar contra los Mavericks, equipo que este año ha dominado la liga regular. Bueno, para no aburrir mucho, los Warriors ganaron la eliminatoria 4-2, con Baron Davies como gran estrella. No es que me guste mucho el estilo de los Warriors (básicamente: tira en cuanto puedas, desestabiliza al contrario con movimientos continuos, y, eso sí que me gusta, riesgo en defensa con robos de balón), pero la hazaña de ganar a los super-Mavericks de Nowitzki es la leche. Veremos qué hacen contra los Jazz... (update: pues perder el primer partido).

Y el viernes...

De nuevo, la empresa de la conexión de internet falló “at&t”. Se suponía que en la madrugada del jueves al viernes tendríamos conexión DE UNA VEZ!!, PERO NO. La luz del router no lucía del color que tenía que lucir, esperamos al viernes a ver si había mejor suerte, pero no nada, todo el día encendido y no había forma. Al final, Justo estuvo tan liado durante todo el día, que no pudo llamar a la empresa, al menod para notificar nuestro cambio de domicilio, y pedir el cambio de la línea telefónica. Por tanto, me pasó el teléfono de atención al cliente y tras pedir que me pasaran con alguien que hablara español (si no controlo cara a cara, el inglés por telefono para mí es inteligible), me pasaron con un comercial puro y duro. Le repetí 20 veces que no quería nada nuevo, que sólo quería que me cambiaran la misma línea de teléfono a la dirección del nuevo apartamento, que no quería cambiar las condiciones que contrataron Rocío y Justo. Pero por cada cosa que iba saliendo, me trataba de contar características de diferentes ofertas y a riesgo de parecer borde más de una vez tuve que pararle y repetirle que no lo quería, que quería lo que ya tenía y que sólo quería llevarlo al nuevo domicilio. El caso es que al final, me la metió. Cuando llegamos al cambio de la conexión de internet, me comentó que la razón por la que no tenía conexión aún era porque Rocío y Justo “no concretaron qué tipo de tarifa querían”, o al menos, a él no le constaba esa información en el ordenador, así que me empezó a hablar de megas, de velocidad, ... y claro lo único más claro de todo aquello para mí era que con una promoción las fotos que me mandarais se vería bien y con la otra se descargaría más despacio. Así que me fie y elegí la rápida, es decir, la cara. Después de 40-45 minutos al teléfono, y ya concretar cuando tendríamos las conexiones, llamé a Justo para contarle y me contó que ellos sí habían contratado ya la tarifa y que cómo si no tendríamos ya en nuestro poder el router. El caso es que flipó cuando le conté lo de la tarifa. El tío encima me metió la más cara, menos mal que le pregunté si había algún problema en anularlo si hablaba con mi marido y le parecía mal. Llamó Justo en seguida y lo cambió. Hay que ver la cara que tienen algunos!!!!!! ¡¡¡Como se aprovechan de pobres inocentes!!! ;-)

En el trabajo, pues como me lleva ocurriendo en los últimos dos años... es un maldito viernes. Todo lo que puede salir mal sale mal, y sales de la oficina con una mala leche que para qué. Al menos, queda la satisfacción de que se ha hecho todo lo que se ha podido, y más, sin detenerse en "la culpa es de XXX". Pero no es lo mejor. Además, Rosita había estado todo el día preparando la mudanza… Rosa: metiendo todas nuestras cosas en bolsas, maletas y cajas. Es poco lo que tenemos, pero menuda paliza, terminé con los riñones al jerez de tanto agacharme!! ¡No quiero pensar cómo sería hacer una mudanza de casa en Madrid!! Se me ponen los pelos de punta...!

Así que mejor nos quedamos tranquilamente en casa, en la última noche que pasábamos en Menlo Park.

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¡No pasa nada! El fin de semana está aquí, lleno de nuevos acontecimientos!!!