Estas dos ÚLTIMAS semanas han sido de vértigo, pero no queríamos "abandonar el barco" sin contaros cómo han acontecido. Por temas de tiempo, tendremos que resumir un poco, pero espero que aún así podamos hacer ver todo lo que ha ido pasando.
Por defecto, la semana pasaba con muuuuuuuucho trabajo. Llevo unas semanas en el despacho de Ángel, y entre que mis nuevas obligaciones me tienen hasta arriba, que tengo que hablar con mucha gente, tanto de España como de USA, y que el estar en un despacho casi en solitario (lo comparto con Suresh, pero todavía no está el 100% del tiempo) hace que no socialices tanto, no he parado. Por parte de Rosa, también muy fuerte con sus cursos, pegándole un empujón importante a todas las cosas que quería mirar antes de volverse a España. Vaya currículum que tiene, oiga usted ;)
El martes por la mañana quedé con Raquel para ir a la DMV (Tráfico) y efectuar la transacción del coche. Como siempre en Santa Clara, todo fue muy rápido y eficiente, y en 5 minutos el coche ya era de Raquel. La acerqué a su trabajo en Stanford, y me fui al currele, llegando antes de lo que pensaba. Todavía nos quedaríamos con el coche unos días, para poder ir un día más al curso de los miércoles.
Por la tarde, se pasó Mariano a echar un vistazo a algunos muebles que le interesaban. Ha estado viviendo con un compañero de trabajo, Nando, pero ahora se "independiza". Al final se queda con bastantes cosas. Siguiendo la tradición de las "moving sales", le hicimos precio amigo, que para eso sirven estas cosas.
El miércoles, ya arañando las últimas opciones, Rosa se vino en bici a comer conmigo. Nos quejamos de los tamaños de los platos en Estados Unidos, pero creo que esta vez fuimos nosotros los que provocamos miradas raras cuando no pedimos ni dos yogures pequeños, ni dos medianos, ni dos grandes, sino dos PINTAS de yogur, que en principio sólo tienen para llevar a casa ;) ;) ;) Ni el ordenador de caja tenía preparado el sacar el ticket con los "toppings" ;)
A última hora, pusimos el anuncio de la venta de garaje en Craigslist, la página web de cosas de segunda mano (entre muchas otras cosas) de aquí. ¡Veremos si hay suerte!
==========================================================
=======================================================
Hacía tiempo que no cenábamos en Palo Alto, así que quedamos por la noche con el grupo de españolitos. Antes, Juan y Álex estuvieron un ratillo en casa. Fuimos a cenar al Gordon Biersch, y nos juntamos unos cuantos: Mariano, Rocío (todavía sin Ben, aunque ya quedaba poco para que volviese ;) ), Nieves, Aarón, su hermano, Miriam, David, Dani, María, Pedro, Rosa y yo.
================================================================
Al día siguiente, Dani, María, Pedro, Juan, Víctor, Pablo (un antiguo alumno mío que está por aquí de vacaciones) Álex y Maria Rosa (una amiga de Juan y compañía) se iban a Las Vegas a pasar tres días de calor y fiesta. Así que nosotros aprovechamos, y, gracias a una buena idea de Dani, nos quedamos con uno de sus coches, que como son de empresa podía conducirlo sin problema.
El viernes era día de riesgo. Estadísticamente, los días donde siempre han tocado más marrones han sido los viernes, y éste tenía todas las papeletas, ya que no había ninguna persona de soporte para ningún problema que pudiese surgir: era fiesta en España, y en USA Juan, María, Dani, Álex y Pedro estaban en Vegas...
... pero menos mal, no ocurrió nada de nada...
Por la tarde, Nieves se pasó por casa para echar un vistazo a algunas cosas, y se quedó con la bici de Rosa. Después fueron Raquel y David, que venían a llevarse el coche y a echar otro vistazo a los muebles que nos quedaban; también decidieron quedarse con alguna cosa (como por ejemplo el mortero, que a David le hizo mucha ilusión, tanta, que se lo regalamos! ;) ). Ya nos despedimos de Raquel, pues en un par de días se iba de vacaciones a Nueva York, y volvería un día después de nuestra marcha.
Y llegaba el sábado mítico, el de la venta de patio (que no garage!). Nos levantamos prontito para bajarlo todo al patio, para que no tuviese que entrar nadie. La venta fue bastante diferente de lo que pensábamos, pero al final, tuvimos un poco de todo lo que esperábamos:
2. El "marchante de arte". Un tío se acerca y nos pregunta si tenemos alguna obra de arte... yo le contesto que si quiere, que le hago un dibujito y se lo firmo, pero que otra cosa... Nos cuenta que hace veinte años fue a una venta en Santa Cruz, y se llevó lo que pensaba que era una copia de un cuadro de un autor que conocía, por unos 7 dólares. Como le escamó lo perfecto del cuadro, lo llevó a San Francisco, y le dijeron que lo mandarían a Suiza a que lo evaluaran... se subastó por ochocientos mil dólares... y desde entonces, siempre que hay una venta de garage, se pasa "por si las moscas".
4. En general, negociadores. Cuando llegamos a la bahía, nos sorprendían lo bajo que estaban los precios en las ventas de garage, así que no se nos ocurría regatear. Pero claro, ya hemos visto lo equivocados que estábamos. Aquí les vendes una mesa por 5 dólares, y te ofrecen 3. En un caso estuvo divertido, pues vendíamos una mesa por 10 dólares. La mujer que lo quería nos preguntó si ese era el precio más bajo, y Rosa le dijo que bueno, que 7. La mujer dijo que si 5, pero yo le había entendido que aceptaba, así que le volvía a repetir "7, OK", así que ella pensó que no aceptaba su negociación, y se la quedó por los siete dolaritos. Milagro, ¡¡¡la primera vez que consigo negociar en algo!!! De aquí a las negociaciones multimillonarias, un paso ;)
6. La pareja recién llegada de Europa. Casi al final de la mañana, cuando yo ya estaba pensando en que nadie se llevaría los muebles grandes, apareció una pareja con dos niños. Ella, irlandesa, y él, italiano que trabajaba en Yahoo! Irlanda, y que había venido a la central en la bahía. En un pispás se llevaron el sofá (le dijimos que estaba apalabrado, pero al final decidimos dárselo, pues llevábamos casi una hora esperando), el escritorio y un par de mesas. Nos salvaron el día, la verdad, y, como europeos que eran, y novatos, no sabían que se regateaba, así que aceptaban todos los precios de buen grado. Les hicimos alguna rebajita, eso sí :)
Así que al final nos quedamos con cosillas menores... y con los muebles que nos prestó Ángel. Volvimos a poner unos anuncios en craigslist a ver si alguien los quería... veremos a ver esta semana...
Después nos dimos una buena paliza andando para quitar cada uno de los carteles de la calle. El calor era considerable y ya llevábamos aguantando bastante toda la mañana. Habíamos decidido no hacer la venta el domingo, sabíamos que no vendría nadie.
Por la tarde, piscina, solecito (demasiado, estuvimos algo atontados después :( ), y una comida tardía en un mexicano cercano que no habíamos probado, el Chipotle.
Después, me tocó currar en los trabajos del curso durante unas horas, pero para finalizar el día, nos fuimos al Jamba Juice a tomarnos un zumo revitalizante, y al Passage to India a por unas samosas para cenar. Todo esto, en una casa con bastantes menos muebles que unas horas antes... se va notando que queda poco para irnos...
El domingo nos lo tomamos con tranquilidad, que estábamos hecho polvo de las actividades varias de nuestra vida. Nos levantamos tarde, y nos fuimos a desayunar/comer a Starbucks (como véis los fines de semana tenemos dos comidas en vez de tres ;) ). Después, mientras yo trabajaba en el curso y en cosas del trabajo, Rosa lo hacía en el jardin, trasplantando plantas del patio a la zona común, para que viniese quien viniese a la casa, siguiesen vivas.
Una piscinita para refrescarnos, y, como algo especial, nos fuimos al cine. Es algo que en Madrid hacíamos constantemente, pero que aquí, por el tema del idioma, habíamos limitado... tanto, que en este año y medio habíamos ido sólo 3 veces. Pero esta vez teníamos una buena posibilidad, viendo "Wall-E", la nueva película de Pixar. Una gran peli de dibujos animados, y donde apenas hay diálogo ;) La vimos en la hora golfa de aquí... las 9:30 de la noche ;) ;) ;)