Thursday, August 14, 2008

La Despedida

Ya estamos en España, ya podemos decir que la aventura ha terminado. Han sido quince meses (dos años si contamos toda la preparación previa) de grandísimos, buenos y malos momentos, como en toda vida que se precie. Mucho trabajo, mucho estudio, mucha diversión, muchos nervios, mucha gente maja conocida, ... si fuéramos americanos ahora os diríamos lo que MÁS nos ha gustado, pero no lo somos, y preferimos quedarnos con un poco de todo: con el silencio y la tranquilidad de vivir; con la gente que une sus vidas al encontrarse lejos de su hogar, para formar otro; con el espíritu emprendedor que existe en la bahía; con las opciones de formación (aunque, en el caso de Rosa, no tantas como pensábamos antes de llegar); con la naturaleza, impresionante y virgen, desde Mendocino hasta San Diego, desde Santa Cruz hasta el Gran Cañón, y, como punto especial, ALASKA, una tierra que nunca olvidaremos.


Experiencias nunca antes vividas: rápidos en el White American River con Phil; danza del vientre con Miriam; glaciares en Alaska; volar al círculo polar ártico y conocer a sus gentes; Stanford, con sus cursos, sus conciertos gratuitos, la graduación allí, y, cómo no, su fiesta del beso; las calles de San Francisco, sus puentes y sus largos paseos; el lujo artificial pero atrayente de Las Vegas; los chais con la persona querida; el largo y espectacular Big Sur; el valle de Yosemite, o la vista desde Glacier Point; el paseo a lo largo y ancho del lago Tahoe...


Personas que nos dieron su tiempo, y a la que no queremos listar porque seguramente olvidaríamos a gente, y no queremos. Ellos saben quiénes son, con ellos hemos tomado pizzas, ido a conciertos, cenado en casas varias, trabajado, incluso compartido casas ;), ...



Ahora nos toca volver a la vida real. Unas horas después de estar en Madrid, California queda como algo lejano, como si nos hubiéramos despertado de un sueño largo. La forma de vivir, el alejamiento de los seres queridos, incluso el día a día, han forjado experiencias diferentes a las habituales. Ahora, de repente, nos encontramos con lo que dejamos en Marzo del 2007. En qué medida la etapa californiana nos servirá para afrontar estos viejos/nuevos desafíos, es algo que tendremos que ir viendo.


Este blog llega a su fin. Ahora somos nosotros los que seguiremos las historias de otros, en sus nuevas aventuras. Les toca a ellos, es el ciclo de la vida, pero sin Simba ;)


Esperamos que los que nos hayáis seguido hayáis disfrutado con las historietas de estos dos aventureros de ciudad.

Abrazos y besos a todos.

Thursday, August 7, 2008

Parece mentira, pero... LA ÚLTIMA SEMANA EN CALIFORNIA

Del 28 de Julio al 3 de Agosto

El lunes volvieron todos los españoles (y Jeff) de Las Vegas. Un resumencillo lo podéis encontrar en el blog de María y Dani y un poco también en el de Pedro. Nuestra vida, mientras tanto, seguía adelante con su curro y sus cursos. Rosa empezaba a dedicar más tiempo a preparar la vuelta que a sus estudios, pero era algo que ya sabíamos que ocurriría :(


Como el viernes anterior se publicó la primera "newsletter" de Denodo USA (envío electrónico con noticias de la empresa), lo celebramos con una tarta. Lisa fue la responsable de que todo se hiciese bien y a tiempo, así que fue la merecedora de la celebración.








El martes quedé a comer con Nicole y Lorenz, mis compañeros del curso de Creatividad e Innovación de Stanford. Con Nicole había seguido manteniendo el contacto, y la semana pasada ya habíamos quedado en la universidad. Con Lorenz no tanto, pero también se pasó, con un compañero de trabajo, Daniel. Estuvimos comiendo en Mad&Fifth, que me sirvió también para despedirme del maitre, un venezolano muy simpático.




Por la tarde nos fuimos a casa de Suresh y Shreelata junto con Rocío y Ben. Suresh nos había invitado a cenar para despedirse de nosotros. Fue una velada muy agradable, probando nuevas delicias indias ;), jugando a averiguar obras de cine, teatro, etc., a lo mimo, y viendo una ceremonia a Shiva muy particular, para terminar la noche. Nos regalaron un plato muy bonito, y un CD con una actuación de Shreelata, que todavía no hemos podido ver por falta de tiempo, pero que nos apetece cantidad.


Pero así no terminó el día. Hoy llegaba Alberto Bengoa, desde Coruña, para quedarse por aquí una buena temporada. La idea inicial era irle a buscar, pero con la cena de Suresh nos fue imposible, así que tuvimos que pedírselo a Pedro, Dani y María. Cuando salimos de la cena, Rosa y yo nos fuimos a saludarle. Estaban tomando una pizza en el Pizza My Heart... sí, el local donde íbamos siempre después del cine de los jueves. Aún con jet-lag, estaba contento de estar por fin en Palo Alto después de mucho tiempo esperándolo. También escribe un blog, así que seguiremos sus andanzas :)


Por la noche aún me quedaba algo de trabajo. Para bien o para mal, no vamos a tener ni un minuto para aburrirnos antes de irnos :)

El miércoles Rosa y yo nos volvimos a tomar nuestro yogur, el último (Jesús, "chai" sigue siendo la palabra más mencionada en este blog, pero "yogur" y "jamba juice" se acercan ;) ).

Pedro me dejó su coche de alquiler esta semana para poder ir al curso, así que me fui para San Francisco. Iba preparado para lo peor: atascazo tremendo, aunque con aire acondicionado :) Pero la cosa no fue tan mala, y metí el coche directamente en un párking que me habían comentado hacía un par de semanas, que sólo costaba 6 dólares. La clase fue un poco floja (temas de CRM, Salesforce.com...) y el cansancio acumulado podía conmigo, así que se me cerraban los ojos cada dos por tres. Ahora sólo quedaba terminar ambos trabajos, el individual y el de grupo, para dar por cerrado el curso. La conclusión final es positiva, aunque me he dado cuenta de que en bastantes de los temas de Product Management ya no soy un "novato": el nivel de detalle de muchas de las áreas me ha parecido demasiado bajo, y esperaba algo más de un curso "de Berkeley". Por otra parte, no engañaban, ya que era una introducción.


El jueves era mi último día completo en Denodo. Por la tarde, Rosa y yo tuvimos una "fiesta sorpresa". Entre comillas, ya que lo sabía desde el viernes. Rocío, con buen criterio, se lo comentó a Rosa, y Rosa, con mejor criterio aún, le dijo a Rocío que mis reacciones ante sorpresas no suelen ser muy expresivas. Lo bueno de saberlo es que, además de ser una fiesta con compañeros de trabajo, pudimos invitar a gente de la que nos apetecía despedirnos. Especialmente de Miriam y Aarón, que el viernes se iban a Las Vegas, y no podríamos verlos durante el fin de semana. La fiesta se celebró en casa de Charlotte, que muy generosamente cedió su hogar en Palo Alto. Todo estuvo genial: comida de todo tipo (con elaboraciones caseras de gente como Jeff o Nieves ;) ), mucho estilo, chai procedente del Janta (gracias, Rocío!!! ;) ), ... y mucha gente: Richard, KP, Nick, Suresh, John, Haidar, Charlotte, una amiga de Charlotte, Jeff, Lisa con su marido y dos hijas, Juan, Pablo, Dani, María, Pedro, Alberto, Nieves, Miriam, Aarón, Mariano, Rocío y Ben.






La fiesta fue estupenda, y nos permitió pasar momentos con todo el mundo. También fue el momento de despedirnos de KP, el padre de Nick, y de Miriam y Aarón, dos de las personas que mejor nos han caído en esta aventurilla. La fiesta traía una piñata preparada para nosotros. Me tocó primero a mí, después a Rosa, y después Jeff se apuntó a destrozarla completamente, aunque de paso se cargó también unas cuantas bombillas, para alegría y regocijo de Charlotte ;) ;) ;)


Después, unos cuantos nos quedamos para ayudar, o, al menos, intentar ayudar a recoger. Charlotte no nos lo permitió ni a Rosa ni a mí, así que, junto con Alberto, Ben, Pedro y Dani, nos quedamos un rato en el salón. El jet lag de algunos empezaba a hacer efecto ;)
La verdad es que fue una fiesta muy chula, uno no está acostumbrado a que hagan fiestas en su honor, y nos ha gustado mucho ;) (p.d. esto no va con segundas, je, je, je).



Tras llegar a casa, pasada la medianoche, aún tuve tiempo de terminar el primer trabajo del curso, y enviarlo al profesor. Le dije que si tenía algún comentario antes de la fecha oficial de entrega, me lo dijera... no lo ha hecho, pero la verdad es que, aunque lo hubiese hecho, no ha sobrado mucho tiempo que digamos...



El viernes me lo tomé con tranquilidad. Lo primero, cogí la bici por última vez y con toda la tranquilidad del mundo me fui a la oficina. Tenía alguna reunión que otra, y tenía que dejar algunos temas cerrados, pero a la hora de la comida lo dejamos todo para ir... AL JANTA. Obviamente, en mi último día teníamos que ir al restaurante indio, a tomar chai ;) Se apuntó casi todo el mundo, como podéis ver en la foto, y el chai me supo especialmente bien ;)




Después, una reunión con Pedro, que no habíamos podido tener el día anterior, y de vuelta a casa en bici. Intentaba fijarme en todos los detalles; sé que, aunque seguramente vuelva a esta zona en el futuro, lo de montar en bici para ir a casa no se va a repetir.



Al llegar a casa me puse a intentar ayudar a Rosa con su lío de maletas, y a seguir con el trabajo del curso (el último!), pero me tuve que tumbar a echarme una siestecita de media hora, no podía con mi alma, tanto trabajo, curso, preparativos, ... pudo conmigo. Y eso que Rosa es quien se ha encargado de casi toda la preparación de la vuelta, sobre todo lo más cansado: ropa, maletas, ... sin duda, es la directora de organización de esta compañía ;)



Pero el día no terminaba ahí. Queríamos invitar a la gente a algo por nuestra despedida, así que nos fuimos a coger el autobús a Palo Alto. Sufrimos una de las típicas historias del autobús de aquí: el de las 7:50 no se digno a aparecer, así que tuvimos que esperar media hora a que llegase el siguiente. Lo del servicio público en el Silicon Valley, como sabéis, podría mejorar muy mucho si se quisiese.
El caso es que llegamos al Old Pro. Allí nos fuimos juntando poco a poco unos cuantos: Mariano, Tommy, Sergio, Lorenz, Ricard, Maribel, su amiga Begoña, Dani, María, Pedro, Alberto, Juan, Víctor, Nieves, Pablo y Maria Rosa. Había bastante ambiente, es uno de los bares más concurridos de la zona. Mientras, Rocío y Ben celebraban el cumpleaños de Ben en un restaurante, y después se iban a buscar a Alberto (Pan, mi jefe en Denodo), que venía para pasar unas semanitas en la oficina. Su vuelo se retrasó, así que los tendríamos que ver al día siguiente.



El sábado nos levantamos tarde y, tras desayunar nuestro último gran desayuno de fin de semana en casa (que consiste en un nutritivo bol de avena -oatmeal-, un chai, y muffins rellenos de mantequilla, mermelada y/o sirope de arce - aunque en este caso ya se había puesto malo :( - ), se pasaron Juan y Víctor para ir al cumpleaños de Ben. Juan se acababa de comprar un coche, un Nissan 200 del 98, así que nos fuimos a estrenarlo. La fiesta era una barbacoa en el parque Foothills, a las afueras de Palo Alto. Allí estuvimos un buen rato comiendo "chicha". Como siempre, se apuntaron casi los de siempre, además de Alberto, recién llegado, y de Charlotte, que se apuntó al evento.

Después nos pusimos a lanzar un poco el balón de fútbol americano, regalo a Ben, y el frisbee, para proseguir con un partido de Ultimate Frisbee. Yo decidí apuntarme, teniendo cuidado de no lesionarme... pero me lesioné :( La pierna, definitivamente, no me aguanta casi nada de peso, y aunque no ha sido más que un susto (al día siguiente, cuando escribí esto, todavía cojeaba y me dolían algunas posturas, pero no parece que sea nada más que la contusión interna), me deja claro que, si quiero seguir haciendo deporte, la cirugía es definitiva. Al volver a Madrid me apuntaré de nuevo al gimnasio (algo que ya había pensado, pero que ahora se confirma), y en Septiembre iré al médico para ver opciones. El partido, de todas maneras, dejó más "heridos en combate", así que, aunque me parece un deporte muy divertido, lo de jugar en hierba mojada no es lo más aconsejable.




Con la rodilla así, el día terminó tras el partido y un breve descanso. Era tiempo de despedidas, de Ricard y Maribel, de Charlotte, de Tommy y de Jeff.



En casa, vimos los dos últimos episodios de Kate y Allie que veríamos en Estados Unidos. El día siguiente tocaría la gran operación "maletas y desembarco".



El domingo nos levantamos prontito (gracias, vecino pequeño por tener una rabieta con tu madre a las 8:30 de la mañana y no parar de llorar y gritar en dos horas ;) ), y seguimos con las maletas. Yo no podía estar mucho tiempo de pie, pero hice lo que pude para ayudar a Rosa, que se estaba pegando la gran paliza. Mientras pudiese no apoyar el pie, no había problema, así que conseguimos bajar cosas al piso de abajo, limpiar y tirar historias, etc.



Después nos fuimos a desayunar/comer al Starbucks, por última vez. Queríamos que el domingo fuese un día tranquilo, para disfrutar de estas cosas, pero no podía ser, estábamos dándole vueltas a todo lo que nos quedaba para terminar. Aún así, el desayuno en Starbucks simbolizaba para nosotros todo lo que de tranquilo ha tenido esta aventura. El té, la conversación, el paseo, ... lo echaremos de menos, aunque intentaremos hacer algo parecido en casa.



Un rato más tarde aparecieron Juan y Víctor a recoger cosas que les habíamos vendido para su casa. También les habíamos preparado comida y otras cosas que les pudiesen ser útiles. Acababan de venir de comprar del Safeway, pero si lo hubieran sabido, se lo hubieran ahorrado, teníamos de todo para ellos ;)




Un poco más de organización, y un ratito de piscina, ya a las 5 de la tarde. El agua calentita también la echaremos de menos, sobre todo los oídos de Rosa. Luego tomamos un poco el sol, pero ya hacía rasca, así que enseguida nos fuimos a casa.



La tarde siguió repleta de visitas para llevarse todas las cosas que habíamos vendido o regalado. Nieves y Nando, recién aterrizado de India, para quedarse con la bici de Rosa; David, a por las cosas de Raquel; Mariano, a por media casa que se había quedado y más que se llevó ;); Dani, María, Pedro, Alberto y Alberto, para llevarse mi bici de regalo; Rocío y Ben, para algunas cosas para la oficina. Pero también sirvió de despedida, sin duda. A Alberto Bengoa, que se queda por aquí más tiempo, le habíamos preparado un "kit de bienvenida" con cosas que esperamos le sean útiles en su estancia en USA. Y para todos un "bufé libre" con toda la comida envasada y fría que nos sobraba.




Después, a seguir cerrando maletas, a darse cien paseos a la basura, y a darse cuenta, poco a poco, de que no nos queda nada para terminar esta aventura.



El lunes terminaba nuestra aventura. Un shuttle (furgoneta, vamos) nos llevaba a
Rosa, a mí, y a nuestras siete maletas, maletín y bolsas, al aeropuerto. Allí lloré un poco aprovechándome de la lesión de rodilla para conseguir mejores asientos de los que teníamos inicialmente, y tuvimos suerte. Nos pasaron a "Economy Plus" en el vuelo de San Francisco a Frankfurt, Alemania, con algo más de sitio para las piernas; en el segundo vuelo, a Madrid, no había casi viajeros, aunque aún así nos pusieron en un sitio de tres sólo para los dos.
Las últimas semanas habían sido una locura, pero ahora todo había pasado. En unas horas estaríamos de vuelta en Madrid, y este último año y medio quedará como un sueño...