El Martes por la mañana quisimos desayunar los maravillosos gofres del motel, pero cuando llegamos, tarde, ya estaban retirando los utensilios de elaboración de los mismos :-(, así que nos dejaron coger algo de leche, zumo y cereales y nos los llevamos a la habitación y cuando terminamos de desayunar y de hablar con los papis, dejamos el hotel y nos fuimos camino del norte.
Después de "solventar" sus diferencias los colonos y los indios, la misión fue quemada y algunos de los misioneros asesinados, pero el padre Junipero consiguió reconstruirla y en 1797 era la más grande de California.
Después de la Misión seguimos camino hacia el norte y fuimos a visitar un pueblito costero típico de San Diego, llamado La Jolla. Pensabamos que sería como Carmel by the sea, un pueblito con encanto, pero estaba a muchas millas de parecerse... Tenía su callecita junto al mar, con un parque donde comimos metidos en el coche, porque nuestra intención era comernos las sobras de la cena del día anterior en un banco viendo el mar, pero qué rasca!! cómo soplaba el aire, ... mira! en eso sí se parecía a Carmel ;-)
Lo único más notable de la ciudad es el lujoso Hotel La Valencia, reconocido por su arquitectura y su importancia histórica, ya que fue utilizado por estrellas de cine para alojarse en la era del cine mudo.
En La Jolla también está la Universidad de California de San Diego y el Mount Soledad Memorial Park en lo alto de la Montaña Soledad, que sólo por las vistas de la costa y de San Diego (UCSD), podía haber merecido la pena, pero nosotros no lo visitamos, teníamos más cosas para ver ese día antes de llegar a nuestro destino final y nos cerraban.
La verdad es que es bastante grande; el claustro ya no es lo que era... pero aún mantenía su esplendor, así como la iglesia.

Tras verlo todo, seguimos camino hasta... DISNEYLAND!!!!!!!!!! :-))))))
Pero antes de entrar en el area de Disney, llegamos a nuestro hotel de cuento. Las fotos son del día siguiente con luz, pero éste, junto con otro en la misma calle (S Harbor Blvd) (Camelot Inn) eran los únicos diferentes, no los típicos hoteles, sino más bien los típicos hoteles con encanto Disney... ni siquiera los que pertenecían a Disney gozaban de ese encanto...
Antes de continuar escribiendo, siento mucho que para la gente "madura" o con el espíritu infantil caducado, esto y el resto de la lectura de este post pueda resultarle "dañina" a sus ojos y a su mente... :-)
Prosigo...
Tras descansar un pelín en la habitación, que estaba bastante bien, la 317. El único problemilla que tenía era estar cerca del ascensor, con el trasiego asociado a las 6 de la mañana (sin exagerar, os lo aseguramos) de niños deseosos de desayunar y salir corriendo a Disneyland. Y también de la máquina de hielo que para el fresquillo que hacía ya podía estar apagada...
Fuimos en coche (aunque estaba muy cerca) al "Downtown" (al centro de la ciudad) de Disney, con sus restaurantes y tiendas. Todo estaba lleno de color. Tonteamos un poco en la enorme tienda Disney:
En la de LEGO:
Y más tarde buscamos algún sitio para cenar. La decisión final fue coger comida mejicana para llevar y cenarla en la habitación calentitos.
Con casi la misma ilusión con la que se levantaban todos los niños de la zona (y seguro algún adulto más...) inicié la mañana del miércoles. Nos fuimos andando a la entrada principal de los Parques de Disney, pero antes hicimos una pequeña paradita :-), en la "fábrica" principal de colesterol y azúcar de EEUU: el restaurante IHOP (International House Of Pancakes = casa internacional de las tortitas). Nuestra intención era hacer un buen desayuno para coger fuerzas, y por si al final no comíamos (que nos conocíamos...), pero nos quedamos flipados. Nosotros "simplemente" elegimos un plato que tenía 4 tortitas (aunque al final nos trajeron 3, pero daba igual) con compota de arándanos y un chocolate caliente. Cuando le dijimos a la camarera que era para compartir, ella nos repitió, "¿para compartir?" incredulamente. Mientras esperábamos, observamos a nuestro alrededor, y mínimo en cada mesa había sentada una persona obesa, además de que las camareras en general no eran muy delgaditas que digamos (como dice Justo, seguramente muchas de sus comidas diarias las hicieran en el trabajo, y viendo el menú, no tienen muchas más opciones...). Pero el colmo de los colmos eran los platos que se servían en cada mesa. Enormes platos con tortitas, huevos fritos, patatas fritas, salchichas y bacon. Luego entendimos a la camarera, nuestro desayuno era ridículo comparado con todo lo que teníamos alrededor... :-O
A pesar de ello, salimos llenos del restaurante.
Disneyland es, en una palabra, "amazing!!!" (¡¡increible!!) :-D
Como sólo ibamos a estar un día en Anaheim, donde está el primero de los Parques de Disney del mundo, decidimos entrar sólo a ver Disneyland y pasar de California Adventure (otro parque temático más).
Para mí era la primera vez que visitaba un Parque Disney (se nota, no?) y para Justo, la primera que visitaba éste en concreto (él ya conocía por 2 veces el de Orlando y por 1 el de París), pero pudo corroborar que visto uno, vistos todos.
Yo lo disfruté como una enana, literalmente :-D Y Justo lo disfrutó como un "papá" que lleva a su hija por primera vez “al mundo de fantasía y color donde todos los sueños se hacen realidad…”, no dejaba de mirar mi cara… :-))))))
:-( Lo único malo del día fue que aunque estábamos inundados por el espíritu infantil, los años están ahí y no se pueden evitar :-( y no aguantamos el ritmo del todo el día, la adrenalina de la excitación también agota y no llegamos al desfile de carrozas de Mickey y compañía :-( que había por la noche.
Nos compramos suministros para la cena en la habitación y... ¡hasta la próxima Mickey!!!
(anque no llegamos a ver ni a Mickey ni a Winnie... dónde se habrian ido la rata y el futuro diabético!!! :-( )
1 comment:
¡¡¡¡aaaaaahhhhhhhhh!!!!!!
¡Cuánto azucar! ;-)
Besos, abrazos y achuchones adultos.
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