Como las sesiones anteriores, el viernes por la mañana MUY temprano, Justo me acompañó al aeropuerto de San José, para que yo cogiera un avión a San Diego y luego él se fuera al trabajo en tren.
La primera vez que fui a San Diego en Marzo, Justo me acompañó, de lo contrario hubiera sido demasiado estrés para mí de golpe: habría sido la primera vez que viajaba sola, a una ciudad cuyo idioma no dominaba y en la que nunca había estado.
En la segunda sesión, en Junio, ya fui sola, Justo no podía cogerse tantos viernes para acompañarme y además, no queríamos que perdiera esos días de sus vacaciones. Todo salió bien a la ida y a la vuelta, además el hecho de que San Diego estuviera tan cerca de Tijuana (Méjico), hacía que el español fuera tan hablado como el inglés en esta ciudad, eso me ayudó bastante a estar más tranquila.
Pero en el tercer viaje, en Agosto, no tuve la misma suerte. En todas las ocasiones volé con la misma compañía American Eagle (la compañía doméstica para vuelos entre California de American Airlines, por tanto los aviones, todavía más pequeños, de 1x2). En este viaje, cuando llegué el viernes por la mañana al aeropuerto, todo iba en hora, el avión saldría según lo previsto. Pasados unos minutos, empiezo a oir algo en la megafonía, que no acababa de entender pero que no me sonaba bien lo poco que captaba. Al final con ayuda de una familia mejicana, supe que el avión se retrasaba... Bueno no me importaba, con mi vuelo llegaba de sobra.
Pero después de otros pocos minutos, la señora del micro volvía a decir algo, reconozco que mi inglés no era tan bueno como para entenderla sin problema, pero ¡¡¡por qué tienen la manía de hablar tan cerca del micro, que parece que se lo van a comer!!!... Bueno la misma familia me ayudó y me corroboraron lo que yo creí entender,... ¡habían suspendido el vuelo! Me empecé a poner muy nerviosa. Ni estando con Justo, nos había pasado nunca eso, algún vuelo se nos había retrasado pero nunca nos lo habían anulado, y no tenía muy claro qué era lo que tenía que hacer en esa situación.
Así que, me puse a la cola y como pude me comuniqué con la señora del mostrador de la aerolínea. Por fín me puso en "stand by" (lísta de espera) para el vuelo siguiente de esa misma compañía y me dio sitio para el siguiente vuelo a este, donde seguro sí había plaza.
Con el vuelo siguiente al mío llegaría justito al principio de la sesión, no tendría tiempo para comer, pero al menos no perdería en principio de ella. Pero con el siguiente vuelo (en el que tenía plaza segura) habría perdido la sesión del viernes. Ya me esperaba que pasaría el día en el aeropuerto de San José.
Pero no, afortunadamente no salió todo tan mal y después de que embarcaran la gente del vuelo siguiente al mío, todos los que estabamos en lista de espera estabamos "ansiosos" por subir al avión. Todo sigue el ordén según solicitaste el cambio de vuelo. Por tanto, como no me enteré de la anulación de mi vuelo al principio, tardé en ponerme en la cola, así que estaba de los últimos en la lista de espera. Pero afortunadamente delante de mí sólo había parejas y sólo había una plaza libre, así que :-), era la mía. Me subí al avión y me tranquilicé. Pero la mala racha siguió tambien a la vuelta, mi vuelo salía con bastante retraso, ¡¡qué ganitas tenía de llegar a casa!!
Y por fin, el último, yo me fui el viernes y Justo se reuniría conmigo en San Diego el Domingo por la tarde. Esta vez el vuelo era con la compañía Southwest y todo fue genial, el avión un poco más grande 3x2 y muy puntual.
La verdad es que ya tenía ganas de terminar el seminario. Reconoczo que esta sesión para mí, era más un mero trámite para empezar nuestro viaje de vacaciones y quería que pasara, más que otra cosa.
Creo que alguna vez lo he comentado: Tengo la sensación de que perdiéndome el primer seminario, me perdí la esencia del curso. Eran las bases de esta "Sanetización", como así lo llaman mis compañeros y queda plasmado en unas camisetas que hicimos de recuerdo, y como sorpresa para Bob (el "gurú") y Linda (su mujer):
Por otro lado, mis problemas del idioma me han impedido no ya sólo no conocer a mis compañeros, sino aprender cómo trabajan ellos aquí, que era de lo que más podía aprender sin duda alguna.
El seminario en sí, no ha sido todo lo que me esperaba aunque SIN DUDA he aprendido, pero de los dos últimas sesiones me esperaba bastante más y sin embargo, me va a tocar investigar por mi cuenta en artículos y libros.
No sé, la verdad es que leo todos los emails que, ahora que todo ha terminado, están mandado el grupo que eramos en el seminario y siento que estoy fuera, no siento lo que ellos sienten, están "pletóricos" por estos cursos (sin exagerar!!). Cada uno de ellos ansiaba el día de volver a San Diego y seguir aprendiéndo... está claro que me he perdido algo. Recordando a una amiga que había asistido al primer seminario que Sanet hizo en España, ella y su grupo estaban también "poseídos" con lo que allí aprendían, te hablaban varios y era como estar oyendo a gente que pertenecían a una misma "secta". Era increible. Pero ahora veo que en EEUU es igual. Definitivamente me he perdido algo, o bien por llegar más tarde o por el idioma o por las 2. Afortunadamente, la gente que organiza el seminario de España, amablemente me ha pasado los audios de los cursos que este año ha impartido Sanet en España y me ayudará a captar la esencia que no pillo. A ver si lo consigo, si no, no habrá merecido la pena asistir aquí al seminario; tanto Justo como yo, pensábamos que en su ámbito sería todo mucho mejor.
Justo opina que realmente no me he perdido tanto del seminario, sólo que yo lo he recibido de forma más objetiva, más poco a poco. Ya en España llevaba año y medio realizando algunas de las mismas técnicas que aquí nos enseñaban. Yo ya había comprobado el modo en el que funcionan dichas técnicas y con mis propios ojos había comprobado sus resultados tan asombrosos. Con diferentes cursos en España, sobre todo uno de otro gurú americano (C. Hillier), ya había empezado a entender en qué consistía este nuevo modo de entender mi profesión. Un modo más amplio que no sólo cuida o mejora la calidad de visión desde los ojos, sino desde el conjunto, desde todo el cuerpo, desde el comportamiento, desde el cerebro, desde el entorno. Para ayudar al sistema visual hay que acondicionar todas las condiciones que nos rodean para poder trabajar mejor y rendir más... Bueno, brevemente es de lo que se trata la nueva filosofía de mi trabajo que he aprendido aquí. Pero al que le interese, prometo en breve ponerme con mi blog y explicarlo mejor. Desde que os conté esta novedad, no he tenido mucho tiempo de ponerme con ello, y quiero hacerlo bien, con las cosas muy claritas para explicarlo bien, para que no quede dudas :-)
Así que quiero pensar que Justo tiene razón y que no he perdido el tiempo. Lo comprobaré con los audios cuando los escuche.
En la primera conversación que tuve en Marzo con una pareja que asistía también al seminario, me dí cuenta de que la situación era diferente a lo que Justo me había contado de su experiencia personal fuera de España. Me dí cuenta de que no les interesaba cómo trabajamos en España, de que no le interesaba mi vida y de que no les interesaba España en sí. Siempre era yo la que preguntaba y comparaba, pero ellos no preguntaban nunca directamente. Por lo que sé de Justo, en su caso no ha sido así, siempre te gusta conocer lo que hacen en otros países. La diferencia me supongo es que Justo siempre ha estado con extranjeros que pretendían lo mismo que él, conocer otras culturas. Por eso su experiencia cuando vino a estudiar 3º de BUP, fue más o menos como la mía ahora. Era/soy un/a extranjero/a que se introduce en su vida normal sin que ellos lo planeen y no tienen esa mentalidad abierta, no buscan ese fin, tienen su vida y no les intereas nada más. Las palabras de Justo son que normalmente los americanos piensan que si no tienes nada que ofrecerles, no se molestan en acercarse a ti. Te sonríen eso sí, de oreja a oreja, pero nada más, no significa NADA…
Además, por otro lado, siempre había oído que los americanos son muy ceremoniosos para todo y me imaginaba que la entrega de los certificados sería "diferente". Pues no, igual o incluso más sencilla que en España. Pero bueno, ya tengo mi certificado de mis 100 horas que valen por 200... ;-)
Y hablando de todo un poco, en la noche de este sábado al domingo cambiaban en EEUU la hora. El motivo por el que EEUU no lo hace como todo el mundo (el fin de semana anterior) es porque aquí el mundo de la confitería tiene muuuucho poder, y convenció al gobierno, hace tiempo, para que el cambio se produjera este fin de semana y así permitir que los niños tuvieran una hora más de luz de día en Halloween y que así pudieran ir de casa en casa pidiendo sus caramelos y chocolatinas, ¡¡INCREIBLE, verdad!!
Ahora me toca a mí, Justo. Mientras Rosa le pegaba el ultimo empujón al curso, mi fin de semana fue algo diferente. Además de trabajar el viernes, el sábado lo dedique a descansar por la mañana, y a trabajar en un artículo por la tarde (va lento pero va, Alberto :) ). Aunque parezca un poco "friqui" (que no lo niego), me apetecía ponerme a hacer algo que requiriese concentracion, sin tener interrupciones constantes. El sabado era el día perfecto, sin duda! El domingo por la mañana me fui al aeropuerto... y el resto ya lo conoceis!
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