Saturday, October 20, 2007

La semana completa en un sólo mensaje... ¿qué mas se puede pedir?

15-21 de Octubre

Justo: la semana estuvo bastante movidita. Ya el martes los "actos sociales" comenzaron, pues quedé con Juan, Rocío, Isabel y Jeff a tomar algo a la salida del trabajo. Como ocurre últimamente, la conversación giró (entre muchas otras) sobre las relaciones sociales en California. Jeff hizo un comentario interesante acerca de los dos extremos existentes en Estados Unidos. Mientras que (generalizando, pero puedo aseverarlo) en esta zona es fácil conocer gente, pero muy difícil hacer amigos, en Nueva York, donde él estudió la carrera, parece que es más difícil hacer primeros contactos, pero más fácil que la gente te acepte como parte de su grupo. Aquí en la zona de la bahia y California el concepto de "networking" (redes de contactos) es algo que se vive; de hecho, incluso se estudia de manera académica. El que haya sido el Silicon Valley el lugar donde ha empezado el concepto de "Web 2.0" (que se enfoca principalmente en conceptos como socialización de la información, compartición de conocimiento, etc.) y donde, por otra parte, más se utiliza, no es coincidencia. Grupos como meetup, upcoming, o las páginas de eventos sociales de periódicos y revistas se utilizan constantemente por la gente de la zona para realizar actividades, conocer gente, hacer contactos, etc.

Al día siguiente tuve mi jornada de deporte+conferencia. Bueno, lo primero es que Rosita se vino a comer conmigo; esta vez comimos en un restaurante persa que ya habíamos catado alguna vez. Por la tarde, en Stanford, dentro de su programa de Educación Continua, se organizaba una charla sobre teoría de la música, llamada "Por qué no existe la clave de LA" que me llamó la atención, así que, para allá que fui.


Fue una charla interesante impartida por un ingeniero - músico que explicó de manera sencilla y clara (excepto por el acento y su velocidad a la hora de hablar :) ) conceptos como que una octava es básicamente una onda que se desplaza con una frecuencia doble a la de la nota original, relacionándolo con el comportamiento de las olas del mar al chocar contra plataformas petrolíferas; o, de una manera menos académica, cómo algunos sonidos son, matemática y psicológicamente más "perfectos" (que suelen coincidir con los "acordes alegres", en contraposición con acordes "de tensión", "tristes",...). A pesar de que era a las 7:30 de la tarde (que para la gente de aquí es "de noche"), el auditorio estaba lleno y hubo gran cantidad de preguntas.

Mi desafío vino a la salida, cuando me tocó ir en bici desde Stanford hasta casa de Rocío (al lado de la nuestra), donde Rosa había quedado con Rocío, Isabel y Juan para cenar y ver una peli. Llegué justo al final de la cena y comienzo de la peli, que Rosa y yo ya habíamos visto pero que recordábamos un poco más graciosa. No fue un éxito en "la sala", la verdad :)

Y de nuevo llegaba el jueves, el día del cine en Stanford. La tradición empieza a ser la siguiente: Rosa me viene a buscar a las 7 y nos tomamos algo (un té chai en el Peet´s de University, o un shake -un batido cremoso --Rosa: más que cremoso, como dice Rocío se parece más a un yogur-- en la hamburguesería Taxis). Rocío o Juan se apuntan a veces, dependiendo del curro que tengan. Después, los 5 ó los que nos apuntemos al cine, nos vamos en el coche de Rocío a Stanford a ver la peli a las 8. Cuando acaba, después de los comentarios de qué nos ha parecido la película, algunos de los asistentes vamos a tomar una pizza a Palo Alto. En este caso, la peli era Guantanamera, una peli cubana del 95 que muestra la realidad cubana a través de una comedia de carretera.


Y llegó el viernes. Desde hace semanas Rosa estaba insistiéndome en que cogiéramos comida del restaurante indio que tenemos cerca de casa... je je, la razón era que habíamos comprado yogur para suavizar la comida picante, y se nos iba a estropear. Este restaurante tiene comida vegetariana que no está mal, aunque el servicio deja bastante que desear (la otra vez nos tocó un "seco"; esta vez, no se coordinaban los que estaban allí). A mí me sigue gustando más la del Janta, el que está al lado del trabajo, pero bueno, de vez en cuando se deja comer (aunque nos toque bebernos litros de agua :) ).

Y así llegamos al fin de semana. Nuestros planes estaban claros desde el principio: levantarnos pronto para ir en bici a Stanford el sábado, subir a la torre Hoover, asistir a un concierto de violonchelo y piano, y visitar el museo Cantor; y el domingo, visitar el museo de arte moderno de San Francisco. Como podéis imaginar, lo de "levantarse pronto" fue lo que originó el cambio de planes :) :) :) Aún así, nos lo pasamos bastante bien:

El sábado terminamos llendo a Stanford, pero llegamos tarde al concierto y el auditorio estaba lleno, así que nos fuimos a una placita de la universidad que no habíamos visitado hasta ahora, a comernos los sandwiches que había preparado Rosa. Después de unas semanas de bajada de temperatura, volvía a ser "verano" en Palo Alto.

Después nos fuimos al museo Cantor. La última vez que estuvimos allí, con eso de que cerraron una hora antes debido a un acto de recaudación de fondos, nos quedamos con ganas de verlo con más tranquilidad. Volvimos a pasar por la exposición de fotos de Yosemite, a volver a disfrutar con las fotos de Ansel Adams y compañía, y a dar una vuelta por el resto del museo, aunque el arte contemporáneo no nos llegó a llamar tanto la atención.


Como comenté en otro post, parece que la fotografía me está volviendo a llamar la atención. Quizás tendrá que ver el que estemos sacando tantas fotos ahora, intentando hacerlo mejor y mejor cada vez, el que esta zona dé tanto de sí a ese respecto, y a gente con Adams.

Tras el paseo por el museo, cogimos las bicis y nos volvimos a casa, no sin tomarnos un chai, que nos lo merecíamos :)




(Rosa: explicación de la foto: Justo esta sorprendido porque como podéis ver en la foto de la última vez que estuvimos en el museo -en otro post- había una fuente. Pues resulta que la habían llevado los que organizaban el acto de recaudación de fondos, ...¡¡¡Increible!!!! llevan hasta una fuente con agua :-O...¡¡Aquí todo lo hacen a lo grande!!)





Pero eso no es lo único que hicimos el sábado. Tanto por la mañana como por la tarde estuvimos viendo pelis y series en casa.


Seguimos apuntados a Netflix, el "videoclub en casa" que funciona por correo.


Por la mañana vimos Annie Hall, de Woody Allen, mientras que por la tarde, además de 3 episodios de la nueva temporada de Héroes, también vimos Las Uvas de la Ira, película de John Ford basada en la novela de John Steinbeck.


Yo había visto la peli hacía años y, aunque no he leído el libro, sí había leído otros de Steinbeck (La Perla, El Pony Rojo) y visto alguna otra peli (la versión moderna de "De Ratones y Hombres"), y siempre me habían encantado.


Por otra parte, la descarnada historia de la familia de Oklahoma que, debido a la Gran Depresión, a las Tormentas de Polvo que azotaron el medio-oeste (por, entre otras cosas, la sequía y la mala gestión de las tierras, tal y como explica este informe de la NASA) y al provecho y saqueo de los proletarios de las diferentes áreas afectadas de USA y Canadá, muchas familias se ven obligadas a abandonar sus tierras y a sobrevivir a miles de kilómetros en una chatarra rodante, con trabajos infrahumanos y leyes incumplidas.


Viéndola desde el lugar en el que todo ocurrió, da una nueva perspectiva.



El domingo, cómo no, no fuimos a San Francisco (Rosa: el MOMA y la torre Hoover se están convirtiendo en 2 puuuuntooooos misterioooosoooos que no se sabe si alguna vez podremos visitar...), pero tampoco paramos demasiado.




Fuimos en bici a comprar algunas cosas a la zona comercial de San Antonio, para después ir a la zona comercial de Charleston, en concreto a REI (una tienda con atículos para atividades de montaña, donce compramos nuestros frenos para la bici) y Michaels, una tienda recién abierta cerca de casa, toda dedicada a artes y manualidades. Rosa afirma que Pontejos, es una tontería comparado con lo que hay aquí, así que creo que no será la última vez que pasemos por la tienda :) La verdad es que tenía de todo.


Rosa: Es impresionante, es el papá y la mamá de Pontejos :-O En mi vida había visto tantas bolitas diferentes, broches, engarces, remaches, herramientas,... la nave era inmensa. Justo no me dejó sacar una foto, porque explicándolo no os podéis hacer una idea.

Como dice él, no sólo tenían "abalorios", además tenía mucho material para hacer trabajos manuales, de cualquier tipo. Aquí Puri habría disfrutado como una enana, lástima que no la hubieran abierto antes. Lo que no conseguimos encontrar fueron sus "sellos chinos", había muchos con otros dibujos pero no chinos :-( Además, por supuesto, había muuucha decoración "halloweeña" y como era de esperar, no podía tardar mucho más, también navideña :-) Así que está claro, Justo está en lo cierto, ¡¡¡¡habrá que volver!!!! :-)))))) ¡¡Sara lo que te perdiste!! :-)

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